MADRID 3 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un informe elaborado por economistas, expertos en salud pública y líderes políticos de renombre mundial, publicado este lunes antes de las reuniones del G20 muestra que altos niveles de desigualdad están vinculados a que los brotes se conviertan en pandemias y que la desigualdad socava las respuestas nacionales y globales, lo que hace que las pandemias sean más disruptivas, perjudiciales económicamente, mortales y prolongadas.
El informe, fruto de dos años de investigación y reuniones en todo el mundo, también muestra que las pandemias aumentan la desigualdad, alimentando un ciclo que se observa no solo en la COVID-19, sino también en el VIH/SIDA, el ébola, la gripe, el mpox y otros. El informe expone los determinantes sociales de las pandemias y las acciones que se pueden emprender para abordarlos, vinculándolos también con las comunidades y la gobernanza multisectorial.
Así, proporciona recomendaciones para la política económica mundial y el acceso a medicamentos asequibles. Además de fortalecer la preparación para futuras pandemias, las propuestas del informe también pueden contribuir a poner fin de manera decisiva a las crisis sanitarias existentes, como el VIH, la tuberculosis y el neumococo.
Copresidido por el premio Nobel Joseph E. Stiglitz, la ex primera dama de Namibia Monica Geingos, el renombrado epidemiólogo profesor Sir Michael Marmot, y desde España el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla; el informe del Consejo Mundial sobre Desigualdad, SIDA y Pandemias, convocado por ONUSIDA, resume medidas prácticas que los gobiernos pueden adoptar, redefiniendo la seguridad sanitaria.
Los nuevos hallazgos llegan mientras los ministros de salud del G20 se preparan para reunirse en medio de informes de nuevos y crecientes brotes internacionales de gripe aviar y Mpox, y mientras los reguladores de medicamentos aprueban innovadores fármacos para la prevención del VIH.
El informe revela altos niveles de desigualdad, tanto dentro de los países como entre ellos, que "están haciendo al mundo más vulnerable a las pandemias, haciendo que estas sean más perjudiciales económicamente y más mortales, y que duren más tiempo".
Investigaciones del Consejo Global muestran que los países más desiguales han experimentado tasas de mortalidad por COVID-19, infección por VIH y SIDA significativamente mayores, al tiempo que luchaban por implementar respuestas eficaces a la pandemia. Otro estudio, del que son coautores miembros del Consejo, revela que las personas que viven en asentamientos informales (barrios marginales urbanos) en la mayoría de las ciudades africanas estudiadas presentaban una mayor prevalencia de VIH que quienes no vivían en estos barrios, lo que refleja desigualdades multidimensionales como la riqueza, la educación, el empleo y la vivienda.
En Brasil, por ejemplo, las personas sin educación básica tenían varias veces más probabilidades de morir por COVID-19 que quienes habían completado la primaria. En Inglaterra, vivir en viviendas superpobladas se asoció con mayores tasas de mortalidad por COVID-19. La insuficiencia de recursos fiscales en algunos países durante el ébola y el sida limitó la implementación de intervenciones de salud pública eficaces y permitió la propagación de los virus.
Durante la COVID-19, los países de altos ingresos gastaron cuatro veces más que los de bajos ingresos para hacer frente a los efectos de la pandemia. El acceso desigual a medicamentos y vacunas propició infecciones prevenibles como el VIH, la COVID-19 y el mpox, lo que se ha relacionado con el aumento de variantes y cepas resistentes.
"El fracaso a la hora de abordar las desigualdades clave y los determinantes sociales desde la COVID-19 ha dejado al mundo extremadamente vulnerable y sin preparación ante la próxima pandemia", señala el informe.
"Las pandemias no son solo crisis sanitarias; son crisis económicas que pueden agravar la desigualdad si los líderes toman decisiones políticas erróneas. Cuando los esfuerzos por estabilizar las economías afectadas por una pandemia se financian con altos intereses sobre la deuda y medidas de austeridad, se debilitan los sistemas de salud, educación y protección social", señala Joseph E. Stiglitz, premio Nobel de Economía.
En consecuencia, añade, "las sociedades se vuelven menos resilientes y más vulnerables a los brotes de enfermedades. Para romper este ciclo, es necesario que todos los países cuenten con el margen fiscal necesario para invertir en seguridad sanitaria".
Por su parte, Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA y Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas, señala que este informe demuestra por qué los líderes necesitan abordar con urgencia las desigualdades que impulsan las pandemias y les muestra cómo pueden hacerlo. "Reducir las desigualdades dentro de los países y entre ellos permitirá una vida mejor, más justa y segura para todos", afirma.
4 RECOMENDACIONES PARA REDUCIR EL RIESGO
La primera recomendación es eliminar las barreras financieras en la arquitectura global para permitir que todos los países tengan la capacidad fiscal suficiente para abordar las desigualdades que impulsan las pandemias. La segunda es invertir en los determinantes sociales de las pandemias. Utilizar mecanismos de protección social para reducir las desigualdades socioeconómicas y sanitarias y fomentar la resiliencia social para prepararse y responder a las pandemias.
Para lograr un mundo "más seguro" frente a futuras pandemias proponen fortalecer y mejorar la salud de las sociedades mediante acciones estratégicas sobre los determinantes sociales de las pandemias, que "provocan grandes desigualdades en salud y aumentan la vulnerabilidad a las pandemias cuando estas se producen."
En tercer lugar recomiendan impulsar la producción local y regional junto con una nueva gobernanza de la investigación y el desarrollo capaz de garantizar el intercambio de tecnología como bienes públicos necesarios para detener las pandemias.
Y, finalmente, fomentar una mayor "confianza, igualdad y eficiencia" en la respuesta a la pandemia mediante la inversión en una respuesta multisectorial y en infraestructura pandémica liderada por la comunidad en colaboración con el gobierno. para ellos proponen establecer estructuras de gobernanza multisectoriales para la respuesta a las pandemias que incluyan múltiples ministerios, así como organizaciones comunitarias, grupos de derechos humanos y líderes científicos.