MADRID 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las dudas de los médicos es lo que retrasa habitualmente el inicio del tratamiento antirretroviral (TAR) contra el VIH y no la resistencia de los pacientes a la terapia, según ha mostrado una investigación realizada por expertos del Grupo de Estudios de SIDA (GESIDA) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
Para elaborar esta investigación, llamada 'Bridgap', se ha estudiado las razones por las que los pacientes no inician el TAR, incluso en aquellos casos en los que presentan al menos un criterio de inicio de tratamiento, teniendo en cuenta que en España el acceso al TAR está garantizado para todos los pacientes a través del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Así, tras analizar los datos de 19 hospitales de cinco comunidades, el estudio ha desvelado que no es la resistencia de los pacientes sino las dudas de los médicos lo que retrasa habitualmente el inicio del tratamiento antirretroviral contra el VIH. Concretamente, en una muestra de 256 pacientes, la barrera para el inicio de tratamiento se encontró en el profesional sanitario en el 58 por ciento de los casos, frente al 30 por ciento de casos que se localizó en los pacientes
Además, en este 58 por ciento de casos, el médico consideró que la indicación del tratamiento antirretroviral para tratar el VIH no era absoluta y prefirió diferir el momento de inicio del tratamiento.
Otras razones para diferir el inicio del tratamiento identificadas por el estudio fueron que el paciente no quería empezar el tratamiento; que el médico pensaba que el TAR debía ser empezado pero que había algunas limitaciones como contraindicación médica, que el paciente no estaba preparado o el abuso de alcohol o drogas; y que el paciente tenía una carga viral indetectable en ausencia de TAR.
Según el documento de consenso elaborado por GESIDA, el inicio del TAR está indicado siempre en los pacientes sintomáticos, en la gestante, en las parejas serodiscordantes con alto riesgo de transmisión, en la hepatitis B que requiera tratamiento y en la nefropatía asociada al VIH.
Por este motivo, los autores han asegurado que estos resultados destacan la necesidad de reforzar el conocimiento de las condiciones que indican el TAR entre los profesionales médicos.