MADRID 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
Ducharse antes de nadar, usar gorro de baño y no orinar en las piscinas previene los efectos nocivos que puede tener el cloro en las vías respiratorias, especialmente entre los más pequeños, según ha asegurado la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP).
Por ello, la organización ha instado a las administraciones, organizaciones y empresas que gestionan piscinas públicas a realizar un mantenimiento adecuado de las instalaciones y, especialmente, en las piscinas cubiertas, las cuales deben tener una buena ventilación para evitar la concentración de cloraminas en el aire.
Y es que, diversos estudios han analizado la relación entre la natación y el asma. De hecho, un estudio de la Universidad de Lovaina (Bélgica) determinó que la asistencia a piscinas durante la lactancia se asocia a un mayor riesgo de bronquiolitis. Por el contrario, el llamado estudio 'ALSPAC' encontró que el riesgo de asma a los 7 y 10 años es significativamente menor entre los niños que habían asistido más a las piscinas desde su nacimiento.
"Es cierto que la frecuencia de asma entre los nadadores profesionales es mayor que entre otros deportistas de élite. Sin embargo, no está claro si esta relación se trata de un sesgo de selección, es decir, que los asmáticos eligen este deporte y no otro porque durante el ejercicio es menos probable que sufran una crisis de asma", ha comentado el presidente de la sociedad, el doctor Sánchez-Solís.