quirófano
Reuters
Actualizado: miércoles, 10 marzo 2010 11:20

MADRID 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los donantes de riñón no tienen un mayor riesgo de mortalidad a largo plazo, según sugiere un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (Estados Unidos) que se publica en la revista 'Journal of the American Medical Association' (JAMA). Un análisis de resultados en donantes de riñón vivos en los Estados Unidos a lo largo de un periodo de 15 años muestra que existen tasas de supervivencia a largo plazo similares en comparación con las personas sanas que no donaron el órgano.

Los científicos, dirigidos por Dorry L. Segev, examinaron las repercusiones en 80.347 donantes de riñón de los Estados Unidos entre abril de 1994 y marzo de 2009, gracias a un registro nacional obligatorio durante un seguimiento medio de 6,3 años. Se emparejó a este grupo otro de 9.364 participantes de la tercera encuesta nacional sobre salud y nutrición (NHANES III).

Durante el periodo de estudio se produjeron 25 muertes en los 90 días siguientes a la donación del riñón, con un riesgo de mortalidad del 3,1 por cada 10.000 donantes en comparación con una tasa de mortalidad del 0,4 por 10.000 personas en el grupo del NHANES III. Al año de seguimiento, el riesgo de mortalidad en el grupo control era similar al del grupo de donantes vivos y las muertes existentes probablemente eran atribuibles a otras enfermedades existentes en vez de a la cirugía.

Los investigadores descubrieron que la mortalidad a largo plazo era similar o menor en el grupo de donantes de riñón vivos que en el grupo control a lo largo de un periodo de seguimiento de 12 años.

Según los autores, la mortalidad quirúrgica no cambió en el periodo de 15 años de estudio a pesar de las diferencias en la práctica quirúrgica y la selección de donantes. Los hombres tenían una mortalidad quirúrgica significativamente superior que las mujeres, así como los individuos negros frente a blancos e hispanos. Los donantes con hipertensión también tenían una mortalidad quirúrgica superior que aquellos sin la tensión elevada.

Los investigadores señalan que con independencia de los cambios fisiológicos que podrían suceder en un adulto sano después de la donación, los descubrimientos de supervivencia a largo plazo similar entre donantes y pacientes sanos sugiere que estos cambios fisiológicos no dan lugar a una muerte prematura.