MADRID, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y el Hospital San Pedro de Alcántara (Cáceres) han desarrollado un dispositivo simple, con un algoritmo semiautomático, que permite el diagnóstico de apneas del sueño en Atención Primaria en pacientes con alta sospecha de padecerla, con el consecuente ahorro para el Sistema Nacional de Salud (SNS).
Los pacientes con sospecha alta de padecer apnea suponen aproximadamente la mitad de los pacientes no diagnosticados de la enfermedad, y también son los casos más graves. La apnea, oclusiones repetidas de la faringe al dormir que provocan que el sueño deje de ser reparador, afectan al 24 por ciento de los adultos, y la mayoría está sin diagnosticar.
La investigación, publicada en la revista 'American Journal Respiratory and Critical Care Medicine', demuestra que el coste para el sistema sanitario es sensiblemente inferior que la realización de una polisomnografía, la prueba habitual para diagnosticar la afección, con una eficacia similar.
Una polisomnografía consiste en el registro de variables neurológicas para identificar las fases del sueño y respiratorias para demostrar las apneas y sus repercusiones. Requiere de personal experto y vigilancia durante toda la noche, lo que hace que su coste sea elevado y el volumen de pacientes que puede ser diagnosticados sea inferior al necesario.
Este dispositivo, en cambio, mide solamente la presión en la nariz, determinado por la cantidad de aire que entra y sale del aparato respiratorio y la del grado de oxigenación durante el sueño.
Además, muestra que la decisión del tratamiento más adecuado para la apnea es superponible al realizado mediante la citada polisomnografía realizada en el hospital y por especialistas en patología del sueño.
Los médicos de Atención Primaria se hacen cargo de casos menos complejos o graves en patologías comunes, como el asma bronquial. Hasta este momento, el diagnóstico de la apnea en Atención Primaria estaba vetado por la falta de una herramienta adecuada, efectiva y de fácil uso y, sobre todo, un método para decidir el tratamiento que evite una formación similar al especialista en apneas de sueño.
"Este protocolo de diagnóstico podría generalizarse puesto que no precisa una formación extra ni consume más tiempo del habitual para los médicos de Atención Primaria, siendo además menos costoso para el sistema sanitario que el manejo por el especialista", ha explicado el coordinador del estudio, Juan Fernando Masa.