BARCELONA 30 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes que reciben farmacia gratuita se han disparado un 72% en Cataluña desde 2005 hasta la actualidad, según revelan cifras de un programa de la Conselleria de Salud de la Generalitat para atender a personas en situación de vulnerabilidad social.
Un total de 777 personas recibían medicinas sin costear la prestación farmacéutica en 2005, mientras que actualmente son 1.335 los que acceden a los medicamentos de forma gratuita, según los datos recogidos por Europa Press en una respuesta parlamentaria de la diputada Marina Geli (PSC) al conseller de Salud, Boi Ruiz.
La Conselleria destinó en 2012 una partida de 2,33 millones de euros a sufragar la farmacia gratuita, respecto a los 2,73 millones de 2011, aunque cabe tener en cuenta que este concepto suponía 1,75 millones en 2008.
El perfil de estos pacientes suele ser el de menores dependientes de un titular con patologías graves, pacientes crónicos con varias patologías, así como enfermos oncológicos.
Sobre las familias de fármacos más consumidas en el programa, destacan los relacionados con el sistema nervioso, como los antiepilépticos y ansiolíticos, así como los antiinflamatorios, las estatinas, fármacos contra el reflujo gastroesofágico, antitrombóticos e inmunosupresores.
Precisamente este año, la ONG Farmacéuticos Sin Fronteras (FSFE) firmó un convenio con el Ámbito de Atención Primaria de Barcelona, del Instituto Catalán de la Salud (ICS) para poder atender a los enfermos más vulnerables y suministrarles las medicinas que necesiten.
El acuerdo, que entró en vigor en abril, se centra en la población que presenta dificultades económicas y riesgo de exclusión social, y ha atendido a 39 pacientes gracias a un protocolo de colaboración entre los centros de atención primaria (CAP), entidades sociales y cinco farmacias colaboradoras.
REPUNTE EN DOS AÑOS
En declaraciones a Europa Press, el director de Farmacéuticos sin Fronteras, Ángel Huélamo, ha explicado que en los últimos dos años se ha registrado un repunte de pacientes que no pueden costear sus fármacos y que piden ayuda.
Este tipo de pacientes cuentan con recursos bajos al límite de lo que administrativamente pueden demostrar para ser eximidos del pago, y a su vez acusan gastos elevados de hipoteca y carga familiar, ha explicado.