MADRID, 4 Ene. (EUROPA PRESS) -
Ya queda menos para la noche de Reyes, para la que sus majestades llevan semanas preparándose, buscando aquellos regalos que más pueden entusiasmar a cada niño. Pero, a diferencia de hace años, lo que antes se resumía en un par de líneas de una carta ahora se convierte en una colección de catálogos con círculos rodeando los juguetes solicitados.
Ante esta situación no es extraño que los ayudantes se vean en un aprieto para decidir en qué medida es adecuado satisfacer todos los deseos de cada niño o incluso sientan el temor de que un desacierto pueda frustrar al niño generándole un malestar difícil de manejar por sí mismo, según reconoce María Rosa Ferrero, psicóloga del Hospital Vithas Nuestra Señora de América de Madrid, que nos ofrece una serie de consejos para saber gestionar las expectativas de los más pequeños de cada casa.
1. No traer todo lo que el niño pide. Por un lado, no lo necesita y, por otro, de esta manera se le ayuda a tolerar la frustración, lo que va a permitir ayudar al niño a saber cómo controlar sus emociones.
2. La ilusión por estas fechas tan especiales, no puede comprometer la economía familiar. Lo ideal es ponerse un límite económico y ajustar las peticiones del niño a nuestras posibilidades.
3. Para manejar las frustraciones de los niños, es preciso manejar antes las propias. No se van a traumatizar porque los Reyes no traigan todo lo que piden.
4. Son unas fechas especiales, en las que la ilusión juega un papel primordial. Es importante por lo tanto, una buena puesta en escena. Que los niños elaboren la carta y que los padres les ayuden --a elegir y priorizar-- va a implicar aspectos muy positivos: por una parte, tiempo en el que van a estar haciendo algo juntos; además, les puede ayudar a sentir responsabilidad sobre cosas importantes para ellos, lo cual permite que desarrollen confianza en sí mismos. Por todo esto, es importante que los ayudantes tengan en cuenta la petición del niño.
5. Siguiendo en la línea de la ilusión, también puede resultar interesante pedir al niño que incluya en la Carta una petición no material (al menos una), esto le permite ponerle en sintonía con sus propias necesidades y nos pueden ayudar a saber en qué medida pueden satisfacerse.
6. La elección de los regalos debería ir marcada por los valores en los que pretenden educar los padres, para lo que es preciso evitar juguetes que inciten a la violencia, sexistas, etc. Y de nuevo, el hecho de que no traigan todo lo que piden puede ayudar a que tengan en cuenta las carencias vividas por otros niños.
7. El tiempo de los padres es el mejor regalo, es una apuesta interesante el proporcionar juguetes o juegos para jugar en familia.
8. Es importante seleccionar los juguetes acordes a la edad y características de cada niño, ofrecer variedad y no juzgar lo que el niño pide. Legitimar los deseos del niño.
9. No está de más tener en cuenta el comportamiento del niño a lo largo del año, a la hora de ser más o menos "generosos", y en este sentido la puesta en escena empieza ya un tiempo antes con la tan socorrida advertencia "ojo que te están viendo los Reyes". Tener en cuenta esto permite que el niño desarrolle su capacidad de trabajo para conseguir sus objetivos y ser consciente de lo que esto significa.
10. Hablar sobre estos aspectos con los distintos familiares y amigos que vayan a colaborar con los ayudantes, para facilitar que sigan criterios parecidos.