MADRID 11 May. (EUROPA PRESS) -
La 'dieta del bebé' ó 'dieta del potito' puesta de moda por las actrices Jennifer Aniston y Gwyneth Paltrow es "peligrosa" y "absurda", según ha señalado el endocrinólogo y secretario de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), el doctor Miguel Ángel Rubio, quien recuerda que estas dietas ponen en riesgo la salud de la población, ya que "no tiene ninguna base científica que las sostenga", se convierten en una "moda sin control", y "se aleja de una dieta saludable".
La dieta que consiste en la toma de catorce potitos al día -a base de copos de avena, fruta y verdura- y una cena saludable de carne magra y verduras, señala este experto, "puede inducir a error a la población" que podría pensar que puede adelgazar comiendo los potitos que se comercializan para consumo infantil, cuando la dieta parece hacer referencia a preparados especiales similares a las papillas de bebé.
Según explica en declaraciones a Europa Press, "adelgazar teóricamente haciendo una barbaridad siempre es factible, pero hay que recordar que la obesidad es un problema crónico y, por tanto, no se trata de hacer barbaridades durante una temporada para perder unos kilos". "Uno puede hacer desde una huelga de hambre, la dieta de los batidos, de la sopa o cualquier dieta estrambótica, monótona o aburrida que seguro que adelgazará", añadió.
Además, existe la creencia entre la tercera edad y personas que no pueden masticar de que estos tarros de carne y verduras son sustitutórios de una comida adulta, cuando la realidad es que, según explica, "estos preparados están diseñados para lo que son, para niños con una corpulencia o un peso bastante menor que un adulto". Por tanto, "aunque estos potitos sí son equilibrados, su aporte calórico está muy por debajo de las necesidades de un adulto".
En el caso de usarse para adelgazar, "un potito de un niño tiene un valor calórico menor que una comida de adulto y, por tanto, lógicamente se adelgaza, sobre todo porque contiene fundamentalmente proteínas y menos contenidos en grasa", pero puede suponer "recuperar el peso con más facilidad tras dejar la dieta e incluso coger más kilos de los que se han perdido".
Así, indica que, en el caso de una persona sana, el organismo es capaz de aguantar este tipo de dietas durante un mes o un periodo relativamente corto, sin embargo "lo que se consigue es una alteración del metabolismo y, en consecuencia, en cuanto se abandona la dieta y se come algo más aparece el conocido y temido efecto yo-yo".
Por otra parte, lamenta que este tipo de dietas proliferen "cada verano", inducidas muchas veces por "especuladores que quieren ganar adeptos" y con prejuicio directo contra las personas que padecen obesidad, "que quiere entrar en el bañador o en la ropa del pasado verano".
"La dieta en sí no tiene ningún sentido, es una dieta 'cuasi' de ayuno y abstinencia por el día y por la noche una cena normal con proteínas y verduras; además evita los hidratos de carbono que es el alimento que necesita el músculo, y, en caso de realizar ejercicio, se puede sufrir fatiga muscular", añade.