MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
Una dieta alta en carbohidratos pero baja en cuanto a su impacto en los niveles de azúcar de la sangre tras las comidas podría promover la pérdida de peso, disminuir la grasa corporal y reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular, según un estudio de la Universidad de Sydney (Australia) que se publica en la revista 'Archives of Internal Medicine'.
Los científicos reclutaron a 129 adultos jóvenes, de entre 18 y 40 años, que padecían obesidad o sobrepeso y de forma aleatoria les asignaron a una de cuatro dietas reductoras de calorías y grasas por un periodo de 12 semanas. Dos de las dietas eran altas en carbohidratos y las otras dos en proteínas, una de cada tipo era alta en cuanto a su contribución a los niveles de azúcar en sangre (carga glicémica).
Al final del estudio, los participantes de las cuatro dietas habían perdido peso y no existían diferencias significativas entre las dietas en cuanto a la reducción en la grasa corporal, disminución de diámetro de cintura o cantidad de peso perdido (entre un 4,2 y un 6,2 por ciento del peso corporal). Pero sí existieron diferencias entre las dos dietas altas en carbohidratos, ya que aquella con una menor carga glicémica disminuyó el doble la grasa perdida. Este efecto fue mayor en las mujeres y que no se produjo entre aquellos con las dietas altas en proteínas.
Los resultados también muestran que quienes siguieron la dieta alta en proteínas y carga glicémica mostraron mayores niveles de colesterol total y LDL, el denominado colesterol "malo", mientras que aquellos cuyas dietas eran altas en carbohidratos y proteínas y bajas en carga glicémica experimentaron disminuciones en ambas medidas.
Los autores concluyen que, al menos en lo que se refiere al corto plazo, los descubrimientos sugieren que la carga glicémica de la dieta y no sólo el consumo global de energía influye sobre la pérdida de peso y los niveles de azúcar en sangre que se producen después de comer.