MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -
La diabetes y la obesidad son dos "epidemias gemelas" estrechamente relacionadas entre sí y cuya prevalencia está creciendo "a un ritmo alarmante" en todo el mundo, hasta el punto de que, si no se toman medidas urgentes, más de 700 millones de personas tendrán problemas de obesidad en 2015 y 380 millones padecerán diabetes en 2025, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estas son algunas de las conclusiones del estudio titulado 'El peso en el mundo' que han elaborado el doctor Vivian Fonseca, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane (Estados Unidos); el doctor Andreas Liebl, del Centro de Diabetes y Metabolismo (Alemania), y el profesor Frank Snoek, del Centro Médico de la Universidad Vrije (Holanda).
Este informe, patrocinado por Novo Nordisk, será presentados en el 50 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que se celebrará la próxima semana en Bilbao a partir del miércoles 28 de mayo, Día Mundial de la Nutrición. En su páginas, advierten de la necesidad de una intervención urgente para parar el crecimiento "descontrolado" de estas enfermedades.
En concreto, los expertos señalan que, en 1994, se predecía una cifra de 239 millones de diabéticos para el año 2010 y que en la actualidad, esta predicción se ha visto "desbordada", ya que hay cerca de 246 millones de diabéticos en el mundo, muchos por obesidad.
"Las cifras de obesidad resultan aún más preocupantes, pues la prevalencia infantil está experimentando incrementos gigantescos", apunta el trabajo, donde recuerdan que, según la OMS, en estos momentos, hay 1.600 millones de adultos mayores de 15 años con sobrepeso y al menos 400 millones con obesidad clínica.
'DIABESIDAD', UN "CÓCTEL EXPLOSIVO"
Los autores del estudio señalan que esta "epidemia conjunta" de diabetes y obesidad está reduciendo las esperanzas de vida en todo el mundo y podría llegar a causar más muertes que el tabaco, ya que esta combinación forma un "cóctel explosivo" por ser "factores de riesgo de primera magnitud para desarrollar una enfermedad cardiovascular, como el infarto de miocardio, el ictus o la insuficiencia renal".
Otra de las conclusiones hace referencia al hecho de que "el aumento de peso es un problema frecuente con la insulinoterapia tradicional y el temor acerca de este problema supone una de las mayores barreras para iniciar o intensificar la insulinoterapia y pueden modificar notablemente el cumplimiento terapéutico".
Para los especialistas, el control de la glucemia sigue siendo "el objetivo principal" de esta lucha, aunque añaden que evitar el incremento ponderal debe considerarse hoy "un aspecto fundamental del tratamiento de la diabetes, sobre todo si se incorpora el tratamiento con insulina". "La elección cuidadosa de los tratamientos y la vigilancia de la dieta y de las medidas generales ayudan a minimizar el incremento ponderal de los pacientes diabéticos", aseveraron.