SEVILLA 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
La insuficiencia cardiaca (IC), considerada ya como una epidemia, favorece ya el desarrollo de la insuficiencia cardiaca y condiciona un peor pronóstico de los pacientes, según han avanzado en Sevilla especialistas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), con motivo de la I Reunión Ibérica y la XV Reunión de Insuficiencia Cardiaca y Fibrilación Auricular que se está celebrando que arranca este jueves 14.
Así lo afirma el doctor Francesc Formiga, coordinador del Grupo de Insuficiencia Cardiaca de la SEMI), quien también advierte de que la diabetes genera "numerosos ingresos hospitalarios y cargas asistenciales", provocando en los pacientes una "disminución" de su calidad de vida y una "elevada mortalidad".
Ha agregado que la insuficiencia cardiaca, por su parte, puede modificar las pautas terapéuticas de las personas diabéticas. "Por todo ello, los médicos deben abordar estas enfermedades de forma conjunta, no entendiéndose un abordaje por separado en los numerosos pacientes que sufren ambas entidades", ha reconocido.
De hecho, ha admitido que la insuficiencia cardíaca continúa siendo uno de los problemas sociosanitarios "más relevantes", en una población que alcanza una esperanza de vida cada vez mayor (el 75% de los ingresos hospitalarios y el 88% de las muertes atribuibles a la insuficiencia cardiaca se producen en personas de más de 65 años).
Constituye el proceso más prevalente en los pacientes pluripatológicos (está presente hasta en el 70% de los casos) y supone la primera causa de hospitalización de estos, con un alto consumo de recursos, y una alta mortalidad a pesar de tratamiento adecuado.
Al mismo tiempo, cerca del 40 por ciento de pacientes con IC soporta más de cinco enfermedades crónicas. "Partiendo de esta realidad, es fundamental el seguimiento integral de estos pacientes en unidades funcionales que nos permitan una vigilancia estrecha y continuada. El papel del internista es primordial en este proceso, constituyendo la forma más idónea de cuidados de esta población", ha señalado el doctor Formiga.
En la reunión también se debatirá sobre el papel que en los últimos años están cobrando los biomarcadores en insuficiencia cardíaca. En primer lugar, para hacer un diagnóstico correcto, siendo especialmente útiles para confirmar que un paciente no padece IC. En segundo lugar, ofrecen la posibilidad de detectar a aquellos pacientes con más riesgo de desarrollar complicaciones en el seguimiento y, por lo tanto, personalizar el tratamiento.
En este sentido, el grupo de insuficiencia cardiaca de la SEMI ha puesto en marcha un proyecto, denominado BIOMIC, para crear una red de colecciones de muestras que permita estudiar en grandes grupos de pacientes el papel de diferentes biomarcadores.