MADRID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, aseguran que cuando un hombre sufre un infarto de miocardio no hay que dejar de lado a sus familiares, tras haber detectado un aumento de cuadros de depresión y ansiedad en las mujeres de las víctimas, incluso cuando estas sobreviven.
En concreto, y según informa el 'European Heart Journal', tras un año de perder a su marido a causa de un infarto las viudas tenían tres veces más posibilidades de tomar antidepresivos que antes de la pérdida. Pero aunque su pareja hubiese sobrevivido, el riesgo de consumir estos fármacos se incrementaba un 17 por ciento con respecto al año anterior.
"Es una cuestión de salud realmente significativa sobre la que parece haber muy poca conciencia, tanto entre la profesión médica como entre los gestores sanitarios", ha asegurado a la BBC Emil Fosbol, autor de la investigación.
Utilizando registros de Dinamarca, incluyendo el Registro Nacional de Estado Civil que muestra quién está casado y quién no, los investigadores estudiaron los casos de 16.506 parejas de hombres que fallecieron de un paro cardíaco entre 1997 y 2008, y otras 44.566 mujeres de pacientes que sobrevivieron a un infarto.
También investigaron el uso de antidepresivos y ansiolíticos antes del incidente y hasta un año despuésdel mismo, y analizaron los registros de depresión y suicidio.
Los científicos también compararon esta información con los datos de la salud de 49.518 personas cuyas parejas murieron de causas no vinculadas al corazón, y a 131.563 mujeres ingresadas en hospitales por eventos no fatales tampoco vinculados a crisis cardíacas.
Así, comprobaron que si la pareja sufre un ataque al corazón la salud de la esposa se ve más afectada que la de aquellas mujeres cuyos maridos murieron o sobrevivieron a otras enfermedades.
Los investigadores especulan que tras estas diferencias está la naturaleza súbita e imposible de predecir de un ataque cardíaco, que causa un mayor impacto en los que están alrededor de la víctima.
"Si tu pareja muere repentinamente de un paro al corazón, no tienes tiempo de prepararte psicológicamente para esa muerte, mientras que si alguien está enfermo, por ejemplo de cáncer, existe un tiempo para hacerse a la idea", indicó Fosbol.