MADRID, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Stanford en Estados Unidos han descubierto un mecanismo molecular de defensa en las células madre cancerígenas que explicaría su resistencia a los tratamientos de radiación que tratan el cáncer. Los resultados, que se publican en la revista 'Nature', podrían conducir a nuevas vías para combatir estas células malignas que producen la recurrencia del cáncer.
Las células madre del cáncer son relativamente resistentes a la radiación que suele utilizarse como terapia en el cáncer. Según los investigadores, esto se debe en parte a la presencia de un mecanismo protector que se supone protege a las células madre normales de los daños en el ADN. Cuando los investigadores bloquearon este mecanismo, las células se volvieron más susceptibles a la radiación.
Los investigadores estudiaron células madre epiteliales de mama de humanos y ratones para desvelar por qué las células madre del cáncer son más resistentes a la radiación que otras células cancerígenas.
Los científicos descubrieron que las células madre se protegen mediante una mayor expresión de proteínas que pueden unirse y desactivar las especies de oxígeno reactivo (ROS, según sus siglas en inglés). Estas pequeñas moléculas muy inestables se mueven alrededor interfiriendo con el ADN y las proteínas de las células. Aunque se producen de forma natural en las células en división, son también importantes mediadores de la radiación terapéutica.
Estudios anteriores han mostrado que las células madre de la sangre tienen menores niveles de especies de oxígeno reactivo (ROS, según sus siglas en inglés) que el resto de células. Los investigadores se plantearon entonces que podría suceder lo mismo en las células madre epiteliales de mama. Descubrieron que las células madre de mama normales de ratones tenían niveles más bajos de ROS que aquellas que no eran células madre y que esta característica era compartida por las células madre cancerígenas tanto de humanos como de ratones.
Los científicos descubrieron por qué cuando examinaban los niveles de expresión genética las células madre del cáncer de mama humano producían en cantidades mucho mayores de proteínas antioxidantes que las otras células. Los antioxidantes neutralizan los ROS antes de que causen muchos daños. Esto podría explicar por qué las células madre de cáncer de mama en cultivo de ratones eran menos propensas que otras células a experimentar los daños en el ADN después de la radiación.
Según explica Michael Clark, director del estudio, "la resistencia observada en las células madre del cáncer de mama parece ser similar si no idéntica al mecanismo que emplean las células madre normales". Clark descubrió las primeras células madre cancerígenas en un tumor sólido.
"Aunque tu organismo eliminara normalmente las células con daño en los cromosomas, también necesitaría disponer de las células responsables de regenerar y mantener el tejido circundante: las células madre. Es una protección", señala Clark.
Sin embargo, esta protección es contraproducente en el caso del cáncer. Los investigadores descubrieron que en ratones con tumores de mama, las células madre cancerígenas con niveles bajos de ROS eran dos veces más propensas que otras células tumorales a sobrevivir a un ciclo de radiación. Resultados similares se descubrieron en los cánceres humanos de cabeza y cuello trasplantados a ratones.
El descubrimiento podría conducir a un nuevo método para tratar el cáncer. El bloqueo de la actividad de un importante antioxidante llamado glutatión hace a las células madre del cáncer más sensibles a ser eliminadas por la radiación. Los investigadores creen que encontrar algo similar en los tumores humanos podría tener beneficios terapéuticos.
"Necesitamos descubrir un medio de inactivar el mecanismo protector en las células cancerígenas y no afectar a las células normales", señala Clark.