MADRID 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
El número de profesionales sanitarios que se vacunan cada año frente a la gripe sigue estando muy por debajo de lo esperado si se tiene en cuenta que se les considera grupo de riesgo, y entre las principales razones que alegan para no hacerlo están la despreocupación ante un posible contagio, la dejadez o la falta de tiempo.
Así se desprende de un estudio liderado por el jefe de Servicio de Microbiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Quimioterapia y Vacunología (SEQ), Juan José Picazo, que se publicará próximamente en la revista 'Vacunas', en el que se han analizado los hábitos de vacunación de la población general y el personal sanitario en España.
En el estudio, realizado entre enero y marzo de este año, han participado 80 pacientes 336 profesionales sanitarios de toda España y, de estos últimos, el 74 por ciento admitió haberse inmunizado contra la gripe en la última campaña de vacunación.
No obstante, Picazo ha reconocido durante su participación en el seminario 'Inmunización en adultos ¿Un reto por alcanzar?', organizado por Pfizer, que el número de sanitarios que se vacunan cada año es "mucho menor".
Algo en lo que ha coincidido el jefe de Servicio de Medicina Preventiva del Hospital 12 de Octubre (Madrid), José Ramón de Juanes, quien estima que el porcentaje de sanitarios vacunados "seguramente estará en torno a un 30 a 40 por ciento".
"Hay quienes piensan que cuando terminan la carrera salen con un escapulario y ya no les va a afectar ninguna enfermedad, y eso no es cierto", ha lamentado este experto.
El estudio revela que quienes más se vacunan son los neumólogos, que mostraron un porcentaje de vacunación del 85 por ciento, seguido de los médicos de Atención Primaria (75%), los internistas y los geriatras (ambos con un 65%).
EL PERSONAL DE ENFERMERÍA SE VACUNA MENOS
De los encuestados el porcentaje más bajo de vacunación lo presenta el personal de enfermería, ya que sólo un 60 por ciento admite haberse vacunado en la última campaña de vacunación. "Se vacunan hasta cinco o seis veces menos que los médicos", ha admitido Picazo, sobre todo si se tiene en cuenta que los datos de esta encuesta probablemente no respondan a la tasa de vacunación real del personal sanitario.
Lo llamativo, según este experto, es que las razones que alegan quienes no se vacunan no corresponde con lo que luego en la consulta tienen que argumentar ante sus pacientes para que si lo hagan.
El principal motivo para no vacunarse, según un 19 por ciento de los encuestados que no se vacunaron en la última campaña, es la despreocupación ante un posible contagio; seguido de no considerarse persona de riesgo (18%), dejadez (13%) o falta de tiempo (10%).
"Los médicos deben dar ejemplo a sus propios pacientes, y tener presente que cuando se vacunan no lo están haciendo por ellos mismos sino también en beneficio de la comunidad", según ha defendido Picazo.
MIEDO A POSIBLES EFECTOS ADVERSOS O DUDAS SOBRE LA EFICACIA
Además, el estudio revela como hasta un 8 por ciento alega tener miedo ante los posibles efectos adversos de la vacuna, mientras que un 6 por ciento admite tener dudas sobre su eficacia. "Esto no es un acto de fe, hay una evidencia científica que demuestra que las vacunas funcionan", ha argumentado.
En cuanto al rechazo de la vacunación entre la población general, el estudio ha mostrado como en la anterior campaña de vacunación de la gripe sólo se vacunó el 50 por ciento de los encuestados, datos similares a la tasa de 57,7 por ciento contabilizada por el Ministerio de Sanidad en la última campaña de vacunación en mayores de 65 años.
Entre las razones para no hacerlo, Picazo ha destacado que el principal motivo fue el miedo a caer enfermo tras recibir la vacuna, según un 12,5 por ciento de los afectados.
Además, cuando se pregunta por el rechazo a cualquier vacunación, el porcentaje asciende hasta un 21 por ciento de los que no se vacunan, y hasta un 14,3 por ciento ha admitido que contrajo la gripe tras vacunarse. Algo que, según el autor del estudio, es "totalmente imposible".
Ante todos estos datos, el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos Ángel Gil ha insistido en la necesidad de seguir potenciando la importancia de la vacunación como medida de salud pública, ya que "está demostrado que con una cobertura generalizada se pueden llegar a erradicar enfermedades".
De hecho, según ha añadido De Juanes, la relajación a la hora de recibir las dosis de recuerdo de algunas vacunas es lo que está propiciando en España que se generen "bolsas sin inmunizar" frente a determinadas enfermedades, que están detrás de algunos de los brotes de sarampión registrados en los últimos años.