MADRID 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
La desorientación recurrente en lugares conocidos o ver empobrecido el lenguaje son algunos de los posibles síntomas precoces de Alzheimer a detectar por los familiares de la persona que los padece, según asegura la neuropsicóloga de la Fundación Vianorte-Laguna, la doctora Gema Mejuto, con motivo de la celebración este sábado, 21 de septiembre, del Día Mundial de esta enfermedad.
A juicio de la experta, es necesario que las familias de estas personas estén atentas "y le den importancia" a la sintomatología, por lo que rechaza el pensamiento de que ésta se produce porque el afectado "se ha hecho mayor". Para ella, "no es normal que se olvide de las cosas".
Según señala a Europa Press, la familia "tienen un papel fundamental para detectar los primeros síntomas de la enfermedad", algo deseable debido a que, en las demencias, cuánto antes se empiece a trabajar sobre el paciente, "mejor pronóstico tendrá para conseguir una mejor calidad", la cual es la finalidad al no existir cura para el Alzheimer.
Por todo ello, destaca otros síntomas precoces que se pueden producir, como son fallos de memoria persistentes que suponen un problema en el día a día, como puede ocurrir en la lista de la compra o al no acordarse del nombre de una persona cercana, o quedarse en blanco en una conversación. "Ante la duda lo mejor es buscar especialista", zanja Mejuto.
El Alzheimer es una enfermedad que provoca que en el cerebro "no haya conexión entre las neuronas", lo que hace que se deshabilite para seguir funcionando, sostiene. La causa de la misma no se sabe "exactamente", aunque "parece ser que tiene que ver con un factor genético", continúa la experta, que añade que se puede prevenir "ligeramente" con una buena alimentación y con la práctica de ejercicio.
Mejuto explica que puede detectarse en gente joven, desde los 55 años y en los que la patología avanza "muy rápidamente", y más frecuentemente en mayores de 65 años, en los cuales la progresión "es más lenta". No obstante, en ambos casos, puede llegar al punto de impedir que el paciente se vista sólo o de que necesite ayuda para la higiene.
EL TRATAMIENTO COGNITIVO ES TAN IMPORTANTE COMO EL FARMACOLÓGICO
Además del tratamiento farmacológico, los enfermos de Alzheimer reciben estimulación cognitiva, a la que la especialista le otorga la misma importancia. Con ella se trabajan diferentes áreas del cerebro, como la memoria, el lenguaje y la atención; además se realiza terapia ocupacional "para intentar que sean lo más funcionales posible", declara.
En este aspecto vuelven a cobrar importancia los familiares del paciente, que son "los más importantes" en su atención al ser "la extensión del terapeuta en casa", indica. No obstante, sostiene que, para ello, faltan ayudas sociales y económicas aunque "cada vez hay más recursos".
En este sentido, desde Fundación Vianorte-Laguna aseguran que el gasto total que representa un paciente de esta patología al año es de casi 30.000 euros al año si este se encuentra en una fase inicial o severa de la enfermedad. Por contra, si se halla en una etapa intermedia, el gasto asciende hasta más de 36.000 euros.