Descubren que la vitamina D es crucial para activar las defensas del organismo

Chica depilada en una playa
EP
Actualizado: domingo, 7 marzo 2010 20:04

MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

Científicos de la Universidad de Copenague han descubierto que la vitamina D es crucial para activar las defensas del organismo y que, sin suficiente ingesta de la misma, las células 'asesinas' del sistema inmune (las células T) podrían no ser capaces de reaccionar contra las infecciones graves. Este hallazgo sale publicado en 'Nature Immunology'.

Para que las células T detecten y acaben con los patógenos externos como los grupos de bacterias o virus, las células deben ser primero 'activadas' para que actúen y 'transformadas' para pasar de ser células inmunes inactivas a ser 'asesinas' preparadas para localizar y destruir todo rastro de patógenos externos.

Los investigadores descubrieron que las células T cuentan con la vitamina D para activarse y que, ante la falta de esta vitamina en la sangre, pueden permanecer dormidas.

Para que estas células del sistema inmune puedan proteger al organismo de los virus o las bacterias, deben ser primero expuestas a patógenos externos. Esto ocurre cuando son 'presentadas' por otras células inmunes en el cuerpo (conocidas como macrófagos) a posibles 'fragmentos de células' o 'rastros' de patógenos.

Entonces, las células T se unen al fragmento y se dividen y multiplican en cientos de células idénticas enfocadas en el mismo tipo de patógeno. La secuencia de cambios químicos que experimentan las células T les permite poder activarse y defender al organismo.

LAS CÉLULAS QUE ENSEÑAN Y ATACAN

El profesor Carsten Geisler, del Departamento de Salud Internacional, Inmunología y Microbiología, explica que "cuando una célula T es expuesta a un patógeno externo, extiende una especie de 'antena' que actúa como receptor de la vitamina D, con la que busca esta sustancia". "Esto significa que las células T necesitan la vitamina D. Si las células T no encuentran suficiente vitamina D, no podrán movilizarse", explicó.

Las células T que son activadas con éxito se transforman en uno de los dos tipos de células del sistema inmune que existen. Ambas son células 'asesinas' que pueden atacar y destruir todas las células que lleven rastros de un patógeno externo o convertirse en células que ayudan al sistema inmune a adquirir 'memoria'.

Las células 'ayudantes' envían mensajes al sistema inmune con información sobre los patógenos, para que el sistema inmune pueda reconocerlos y recordar su perfil en futuros encuentros. Las células T forman parte del sistema inmune adaptativo, lo que significa que funcionan enseñando al sistema inmune a reconocer y adaptarse a las amenazas en constante cambio.

Para estos investigadores, identificar el rol que juega la vitamina D en la activación de las células T ha sido el principal descubrimiento. "Los científicos sabían desde hacía tiempo que la vitamina D es importante para la absorción de calcio y que estaba también implicada en enfermedades como el cáncer y la esclerosis múltiple, pero lo que no conocíamos era la importancia crucial que tiene la vitamina D para activar el sistema inmune que ahora conocemos", señaló.

ÚTIL CONTRA EL CÁNCER Y LOS TRASPLANTES

Este descubrimiento podría ser útil para luchar contra las enfermedades, pero también para manejar las respuestas inmunes del organismo y el rechazo a los trasplantes. Asimismo, este hallazgo puede servir para seguir la secuencia bioquímica de la transformación de las células T inactivas hasta convertirlas en activas y así intervenir en varios puntos para modular la respuesta inmune.

En concreto, según el profesor Geisler, este avance "puede ayudar a los científicos a combatir enfermedades infecciosas y epidemias globales". "Puede ser particularmente útil en el desarrollo de nuevas vacunas, en el trasplante de órganos y en las enfermedades autoinmunes", apuntó.

La mayoría de la vitamina D es producida de forma natural por la piel cuando se expone a la luz del sol. Se encuentra también en el aceite de hígado de pescados, en los huevos, en pescados como el salmón y en determinados suplementos dietéticos. Aunque faltan estudios definitivos que especifiquen la dosis diaria de vitamina D que debe tomarse, se sabe que una gran cantidad de población tienen muy bajas concentraciones de esta vitamina en sangre y que los expertos recomiendan la ingesta de entre 25 y 50 microgramos diarios.