MADRID, 15 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Virginia y el Colegio de Medicina de Wisconsin (Estados Unidos) han descubierto un mecanismo molecular circadiano que podría ser el encargado de regular la absorción de las grasas y jugar un papel clave en su metabolismo. Las conclusiones del estudio, que podría arrojar luz sobre el vínculo entre las alteraciones en los mecanismos circadianos y la obesidad, se publican en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).
Según los científicos, los ratones que carecen de una proteína que regula los ritmos biológicos diarios se mantienen delgados a pesar de que son alimentados con una dieta alta en grasas, un descubrimiento que podría proporcionar nuevas pistas sobre el vínculo entre obesidad y alteraciones en los ritmos diarios.
El principal área cerebral encargada del mantenimiento de los ciclos biológicos diarios, o ciclos circadianos, es una región denominada núcleo supraquiasmático hipotalámico que regula los relojes periféricos en órganos de todo el cuerpo. Una proteína llamada Nocturnina, cuyos niveles suben a inicios de la tarde, está controlada por los relojes periféricos del hígado y otros tejidos.
En su estudio, el equipo de científicos dirigido por Joseph Besharse y Carla Green, muestra lo que sucede cuando esta proteína no existe en los ratones. Para ello, los investigadores desarrollaron mediante técnicas genéticas animales que carecían de la proteína y los alimentaron con una dieta normal u otra alta en grasas.
Según los científicos, a diferencia de los animales normales, que se volvían obesos al tomar la dieta alta en grasas, los ratones que carecían de Nocturnina, seguían delgados sin aumentar su actividad ni reducir el consumo de alimentos. Estos ratones también mostraban ciclos circadianos normales, lo que sugiere que la Nocturnina podría controlar un mecanismo circadiano específicamente asociado a la absorción de las grasas o su metabolismo.
Los autores del trabajo señalan que debido al gran aumento de la obesidad en los países occidentales, el estudio de estos ratones podría arrojar luz sobre cómo las alteraciones de los relojes circadianos agravan el problema.