BARCELONA 20 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) han descubierto uno de los mecanismos que desencadenan la formación de nuevos vasos sanguíneos en torno a las células tumorales del Sarcoma de Ewing, un cáncer infantil muy agresivo, según ha informado el centro este martes en un comunicado.
Los resultados del estudio, publicado en la revista 'PLoS ONE', abren la puerta a una nueva línea de investigación de posibles terapias para este tumor, considerado el segundo cáncer de hueso más común, que afecta a niños y jóvenes.
Actualmente, si se diagnostica a tiempo y no presenta metástasis, se puede curar en el 80% de los casos pero entre el 25% y el 30% de los casos se diagnostican cuando ya existe metástasis y la supervivencia cae hasta el 30%.
La formación de nuevos vasos sanguíneos --conocida como angiogénesis-- es un proceso clave en el crecimiento, proliferación y migración de los tumores sólidos, ya que las células tumorales necesitan nuevos vasos sanguíneos que les aporten el oxígeno y los nutrientes extras que necesitan para desarrollarse a un ritmo tan rápido.
El grupo liderado por Oscar Martínez-Tirado ha descrito en concreto y en varios estudios las funciones de la proteína caveolina-1 en Sarcoma de Ewing: "Hemos visto que tiene un papel tumorogénico en este tipo de tumor, que participa en la resistencia a la quimioterapia, que favorece la metástasis y en este trabajo hemos demostrado que juega un papel fundamental en el proceso angiogénico".
Los investigadores comprobaron que, en líneas celulares modificadas genéticamente para no expresar la caveolina-1, los tumores eran más pequeños, presentaban más necrosis.
El investigador ha explicado que aunque la caveolina-1 parece ser una posible diana terapéutica para combatir el sarcoma de Ewing, su localización, la hace de muy difícil acceso "así que hay que buscar proteínas que se unen la caveolina-1 y puedan adoptar este papel".
En este sentido, el estudio describe cómo la caveolina-1 interacciona con otra proteína llamada EphA2 activando una ruta de señalización que induce la angiogénesis, más concretamente la migración de las células que deben formar los vasos hacia el tumor.
Según ha explicado Martínez-Tirado "esta proteína es un receptor de membrana que sí podría ser un buen candidato para ser diana terapéutica", por lo que el trabajo abre la puerta a futuras terapias.