MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
Nuevos avances en la lucha contra el cáncer. Varios investigadores de la Universidad McGill en Montreal (Canadá) descubrieron que los ratones que carecen de una enzima específica muestran un retraso significativo en el desarrollo de los tumores de mama, así como una menor progresión a un posterior cáncer pulmonar secundario, según la revista 'Nature Genetics'. Por otra parte, según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Standford (Estados Unidos), publicado por la edición digital de la revista 'Nature Inmunology', las células inmunes viajan hasta las capas exteriores de la piel en respuesta a la vitamina D inducida por la luz del sol.
El primero de estos hallazgos ha sido realizado un grupo de investigadores de la universidad canadiense de McGill que descubrieron que la carencia de la enzima PTP1B en ratones contribuye al retraso significativo del inicio del desarrollo del tumor de mama. Esta enzima, que es activada por el gen ErbB2, aparece en exceso en al menos un 70 por ciento de los tumores de mama que se producen en mujeres. Los investigadores aseguraron que la eliminación del PTP1B favoreció el retraso significativo del inicio del desarrollo del tumor de mama, al mismo tiempo que eliminó la metástasis pulmonar.
En este sentido, el gen ErbB2, que se encuentra en exceso en casi un 30 por ciento de los tumores de este tipo, y un fármaco -la herceptina- diseñado para inhibir la actividad de dicho gen ha tenido un impacto significativo sobre el tratamiento. Los científicos descubrieron que la hiperactividad del ErbB2 es la consecuencia de que un tipo de ratones desarrolle cáncer mamario metástico.
El estudio sugiere que una terapia que combine la herceptina con un inhibidor de PTP1B en un subgrupo de mujeres con cáncer de mama dio lugar a un retraso en su desarrollo, aunque aún habrá que esperar a su verificación en ensayos clínicos.
LOS BENEFICIOS DEL SOL
Por otra parte, un nueva investigación llevada a cabo por la Escuela de Medicina de la Universidad estadounidense de Standfor sugiere que periodos cortos de sol podrían ser beneficiosos, para regenerar la forma precursora de la vitamina D activa, ya que atraen a las células inmunes a los tejidos de la piel. De este modo, aseguraron que se podría evitar posibles patógenos, así como ayudar a reparar los daños inducidos por la luz ultravioleta.
Este tipo de células expresan enzimas que convierten una forma inactiva de vitamina D -sintetizada por otras células de la piel bajo condiciones de exposición solar- a una forma activa que desencadena la expresión de ciertos receptores sobre la superficie de las células T efectoras.