MADRID, 2 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto de Tecnología de California (Estados Unidos) han creado una tarea simple de juego de azar que permite distinguir las estructuras del cerebro involucradas en situaciones de riesgo y recompensa como los juegos de azar a través de imágenes de resonancia magnética del cerebro de los participantes en la prueba. Estos descubrimientos, que se publican en la revista 'Neuron', permiten diferenciar entre este circuito cerebral del juego y las funciones de aprendizaje, motivación y evaluación de prominencia de estímulos.
Los investigadores señalan que sus descubrimientos y método experimental ayudarían a comprender y quizás tratar las decisiones arriesgadas que los individuos toman cuando padecen trastornos como la ludopatía, la esquizofrenia o trastornos bipolares.
En sus experimentos los investigadores pidieron a sujetos que eligieran dos cartas de una baraja numerada del uno al diez. Antes de elegir se pidió a los sujetos que apostaran un dólar sobre si la primera o la segunda carta sería más alta. Las imágenes de IRMf del cerebro de los sujetos durante la prueba de juego mostraron qué áreas del cerebro se activaron durante diferentes partes de la tarea.
Los investigadores concentraron su análisis en el "periodo anticipatorio" entre la visión de la primera y segunda carta, ya que era entonces cuando los sujetos eran capaces de juzgar a partir del número de la carta sobre el riesgo de si iban a perder o ganar su apuesta sobre si la segunda carta era más alta o más baja.
Además, los autores del estudio dividieron el periodo anticipatorio en dos subperiodos. Según los autores del estudio, durante un periodo de un segundo después de ver la primera carta, los sujetos se concentraban en la recompensa esperada; y en los siguientes seis segundos anteriores a ver la segunda carta evaluaban el riesgo revelado por la primera carta.
Los científicos descubrieron que podían distinguir las regiones del cerebro que respondían de forma específica ante la espera de recompensa y el riesgo corrido. Estas áreas mostraron una actividad que aumentaba con el nivel de recompensa esperada y el riesgo percibido. Los investigadores descubrieron que la activación asociada a la recompensa era inmediata mientras que la activación asociada al riesgo era posterior.
Estas regiones eran parte de un circuito cerebral controlado por el neurotransmisor dopamina que también interviene en el aprendizaje, motivación y prominencia de los estímulos. Sin embargo, los autores hacen hincapié en que el diseño de la prueba del juego y el análisis de sus datos cancelan la participación de estas funciones, lo que significa que han aislado el funcionamiento del sistema del juego en estas regiones.