GIRONA, 10 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Girona (Idibgi) han determinado que el uso de la resonancia magnética incrementa la capacidad diagnóstica para detectar el tiempo de evolución de un infarto cerebral del tacto corticoespinal, es decir que afecta a la movilidad de brazos y piernas.
Y es que el tiempo de evolución de un infarto cerebral es de vital importancia para poder aplicar un tratamiento y aumentar las posibilidades de recuperación del paciente, según ha expuesto el Instituto en un comunicado.
Así, en la mayoría de los casos, se administra RTPA, un trombolítico eficaz sólo en pacientes con un tiempo de aparición de los síntomas inferior a las cuatro horas y media, y estudios recientes del Idibgi reflejan que la resonancia magnética permite determinar el tiempo transcurrido y valorar si el enfermo es apto para recibir el tratamiento.
Esta última investigación, que es pionera a nivel mundial y ha sido publicada en la prestigiosa revista americana 'Stroke', permite ir más allá, ya que se ha determinado que el uso de la resonancia magnética incrementa la capacidad diagnóstica para detectar el tiempo de evolución de un infarto.
En la investigación se ha detectado que, tras un infarto cerebral agudo, varía el valor de la anisotropía --movimiento de moléculas de agua-- de los axones del tracto orticoespinal; así, los ictus que mantienen una anisotropía elevada (entre 0,7 y 1) en el tracto corticoespinal tendrán poco tiempo de evolución (menos de cuatro horas y media) y, por tanto, la posibilidad de recuperación será superior.
En el caso de que el ictus tenga un tiempo de evolución largo, la anisotropía baja (entre 0 y 0,7) y el estudio del Idibgi revela que la secuencia de imágenes de resonancia magnética para tensor de difusión permite valorar con fiabilidad los trastornos que sufren los axones.
En definitiva, esto permite determinar con exactitud el tiempo de evolución del accidente cerebrovascular y aplicar el tratamiento más adecuado.