BARCELONA 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona y la Pablo Olavide de Sevilla han identificado en ratones el mecanismo cerebral que altera la coordinación motora provocada por un consumo crónico de cannabis.
La investigación, desarrollada durante cuatro años y que ahora publica la revista 'The Journal of Clinical Investigation', demuestra que el principal componente psicoactivo de la marihuana --el THC-- causa un déficit en la función del cerebelo al provocar la aparición de células de microglia reactivas, ha explicado a Europa Press el investigador del Laboratorio de Neurofarmacología de la UPF Andrés Ozaita.
La microglia, una agrupación de células del cerebelo, se mantiene habitualmente en estado latente y se activa en personas que han sufrido un daño cerebral o un ictus, ha resumido Ozaita, y ahora los investigadores han descubierto que también reacciona cuando se produce un consumo elevado de cannabis.
En concreto, y tal y como ya han descrito otros trabajos, el consumo prolongado de marihuana provoca la disminución de los receptores de cannabis en todo el cuerpo, y es este hecho el que los investigadores asocian con la activación de la microglia --cambia su morfología y reduce sus proyecciones celulares--, si bien Ozaita ha reconocido que falta conocer con más detalle cómo se produce este proceso.
El cerebelo, implicado en la coordinación de movimientos encadenados y sucesivos y en el aprendizaje motor, muestra síntomas de neuroinflamación con la exposición continua al THC, y ello se produce porque "consumir cannabinoides desregula la cantidad de receptores" presentes en esta parte del cerebro.
Ozaita, que ha explicado que el estudio se ha realizado en cerca de 200 ratones, ha especificado que el déficit en la coordinación motora no se aprecia a simple vista, ya que los animales parecen desplazarse con normalidad, y es al realizar tests específicos cuando se aprecia el daño.
Entre las pruebas que los animales dejan de realizar correctamente está el caminar sobre un cilindro en movimiento y reaccionar ante estímulos sonoros previamente ensayados, ha resumido el investigador, lo que "concuerda con lo observado en humanos fumadores de cannabis".
REACCIÓN REVERSIBLE
El trabajo expuso a ratones durante cinco y seis días a inyecciones continuadas de THC, y los investigadores han observado también que es posible "prevenir farmacológicamente" la activación de la microglia, lo que conlleva la mejora de los déficits de coordinación motora, mediante un fármaco antibiótico experimental.
La relación del cannabis con el organismo humano, en cualquier caso, es más compleja, ya que si bien está claro que el consumo crónico disminuye el número de receptores cannabinoides --un fumador crónico necesita consumir más para notar los mismos efectos que al principio--, la relación "no es tan sencilla" y cada función fisiológica no responde de forma idéntica.
Asimismo, y en relación con la posibilidad de que se deje de consumir cannabis, Ozaita apunta a que es posible recuperar las condiciones motoras previas, puesto que la pérdida de receptores cannabionaides "no es definitiva, sino transitoria".
Los equipos de la UPF y la Pablo de Olavide intentarán ahora comprender mejor porqué la microglia se vuelve reactiva, ya que aunque hasta la fecha no se conocía el papel tan claro que juega ésta en la función del cerebelo, falta por describir mejor el mecanismo, dado que algunos modelos animales que no tienen receptores para cannabinoides también se produce la neuroinflamación y la pérdida de capacidad motora, ha explicado Ozaita.