MADRID, 2 Ene. (EUROPA PRESS) -
El estudio de la Fundación Economía y Salud sobre Evaluación de los Servicios de Salud en 2022 ha destacado las medidas de valor que más se cumplen y cuáles no en el sector salud en España, siendo la asignación de los servicios de referencia clínicos y la mayor presencia de las escuelas de pacientes en los servicios de salud algunas de las medidas con mayor grado de desarrollo que continuarán en 2023.
"El análisis de las áreas con mayor y menor grado de desarrollo nos permite orientar y señalar las fortalezas y debilidades de nuestro sistema de salud en su conjunto", afirman desde la Fundación. En este sentido, otras fortalezas del sistema, según este organismo, son: el desarrollo de la ciberseguridad en la historia clínica electrónica; la implantación casi universal de los cuidados paliativos en el domicilio; la existencia de un portal de transparencia en salud pública para exponer datos de prevención, epidemiología, protocolos y resultados en salud, y el desarrollo de la prevención de riesgos laborales en el sector.
Otros logros en este sentido son: la implantación de condiciones regulatorias del uso de nuevas tecnologías y de medidas de gobierno y calidad de los datos obtenidos por la actividad clínica; desarrollo de medidas para recuperar el nivel de actividad previo a la pandemia y, por último, la puesta en marcha de medidas para disminuir la variabilidad injustificada de la práctica clínica: vías clínicas, protocolos, etc.
Por el contrario, el informe también menciona las 10 medidas con menor grado de desarrollo y que se deberían potenciar en 2023, siendo la primera de ellas el desarrollo de organizaciones sanitarias líquidas, es decir, "con mucha mayor interacción con el entorno social y el entorno vital de los pacientes".
También se recoge la necesidad de realizar una evaluación del impacto económico en sanidad de las epidemias/pandemias, pero también de los factores de riesgo más nocivos para la salud como son el tabaquismo, el sedentarismo, la alimentación rica en azúcares simples, etc; así como de desarrollar una historia clínica sociosanitaria o al menos que la historia clínica contemple muchos más datos sociales del paciente.
La Fundación también reclama tener fondos de inversión para contingencias de salud de alto impacto económico como pueden ser una epidemia o el lanzamiento de un nuevo medicamento o terapia eficaz, pero muy cara. También pide el desarrollo de "un verdadero liderazgo participativo y comprometido en las organizaciones sanitarias con los profesionales".
Otras reclamaciones son: fomentar más las Acreditaciones Externas e Internas de Calidad relacionadas con la seguridad del paciente; tener más disponibilidad de resultados, evaluaciones tecnológicas para los clínicos a través de vías fáciles como pueden ser avisos y enlaces integrados en la historia clínica electrónica; implementar incentivos para los profesionales sanitarios alineados con la estrategia del servicio de salud; tener un plan estratégico sociosanitario actualizado para los servicios de salud, y fomentar las decisiones compartidas con los pacientes "más allá de los meros consentimientos informados".