MADRID, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de El Instituto de Neurociencias en San Diego (Estados Unidos) han desarrollado el primer análisis molecular integral de la conducta agresiva realizado en especies de laboratorio. Los científicos desarrollaron un conjunto de ensayos para registrar y cuantificar la agresividad en la mosca de la fruta 'Drosophila melanogaster'. Las conclusiones del estudio, que podrían ser la llave al estudio genético de la agresividad, se publican en la edición digital de la revista 'Nature Genetics'.
La mayoría de cepas de laboratorio de la 'D. melanogaster' pierden rápidamente la agresividad que es común a las cepas salvajes, lo que sugiere que la conducta agresiva podría ser recuperable en cepas de laboratorio a través de una selección deliberada.
Los científicos diseñaron un "cuadrilátero" experimental para que las moscas pudieran "combatir", en el que 20 pares de moscas machos eran situados en una cámara que contenía cuadriláteros separados y evaluaron varios parámetros asociados a la agresividad, incluyendo la frecuencia, intensidad y el tiempo total de lucha empleado.
Las moscas más agresivas fueron seleccionadas y emparejadas a hembras aleatorias, un procedimiento que se repitió en más de 20 generaciones. Las moscas de la generación final eran 30 veces más agresivas que aquellas de la primera generación.
Los autores informan de que aproximadamente ocho genes se encontraban expresados de forma diferente entre las moscas más agresivas y las menos agresivas. Uno de los genes, el Cyp6a20, cuando se encontraba mutado, por sí solo tenía un efecto significativo sobre la conducta agresiva. Aunque aún no es posible generalizar a partir de estos datos preliminares, el ensayo y el método utilizado podrían dar lugar a un nuevo prototipo para el análisis genético de la conducta agresiva.