MADRID, 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de California han descubierto una nueva técnica basada en la extracción de coágulos de sangre mediante pequeñas redes que puede convertirse en un futuro tratamiento para pacientes que han sufrido un derrame cerebral, según dos estudios publicados en 'The Lancet'.
Los coágulos bloquean los vasos sanguíneos evitando que el oxígeno llegue al cerebro, lo que genera síntomas como parálisis o pérdida de la capacidad del habla.
Hasta ahora se han utilizado algunas técnicas para reabrir los vasos sanguíneos o medicamentos para disolver los coágulos, pero se deben tomar en las horas posteriores al derrame y no son apropiados para todas los afectados.
Asimismo, en alguna ocasión se había probado la extracción del coágulo pasando una sonda desde la ingle hasta el cerebro, donde un cable atraviesa el coágulo formando una espiral que le permite retirarlo.
Sin embargo, en las investigaciones ahora realizadas se ha probado con unos nuevos dispositivos basados en una minúscula caja metálica que se utiliza en vez de la espiral para empujar el coágulo contra las paredes de la arteria y enredarlo en los cables metálicos, lo que les permite a los médicos sacar el coágulo por la ingle.
Para comparar su eficacia con la extracción por espiral, se probó en 113 pacientes y se observó que el 58 por ciento presentaba un buen funcionamiento del cerebro después de tres meses y una tasa de muerte más baja, un 33 por ciento menos que aquellos pacientes en los que se usó el método de espiral.
Además, otro estudio realizado en 178 pacientes encontró que éstos tienen casi el doble de probabilidad de vivir de manera independiente después del tratamiento.
Uno de los investigadores del proyecto, Jeffrey Saver, ha reconocido a la BBC, en declaraciones recogidas por Europa Press, que estas técnicas se volverán más habituales, ya que hay más probabilidades de retirar los coágulos que con los medicamentos.
"Los fármacos que disuelven los coágulos sólo reabren parcialmente el 40 por ciento de las arterias bloqueadas. Estos dispositivos reabren parcialmente entre el 70 y el 90 por ciento de grandes arterias bloqueadas", ha explicado.
Estos dispositivos pueden ser usados en pacientes a los que no conviene darles los medicamentos, como pacientes que deben tomar anticoagulantes, pacientes que fueron sometidos a cirugía y aquellos que pueden ser tratados entre 4,5 y 8 horas del comienzo del derrame.
No obstante, este experto admite que la primera opción debería ser el uso de medicamentos y, "en caso de no poder hacerlo, recurrir a la extracción".