MADRID 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), en Suiza, han construido un dispositivo del tamaño de una caja de cerillas que puede detectar la presencia de bacterias en un par de minutos, en lugar de hasta varias semanas.
Con este método, resulta rápido y fácil determinar si una bacteria ha sido tratada eficazmente por un antibiótico, un instrumento médico crucial, especialmente para las cepas resistentes, por lo que se puede utilizar fácilmente en las clínicas y podría ser útil para probar el tratamiento de la quimioterapia.
En el nuevo sistema, descrito en el último número de la revista 'Nature Nanotechnology', una nano-palanca vibra en presencia de la actividad bacteriana, mientras que un láser lee la vibración y la traduce en una señal eléctrica que puede ser leída fácilmente, mientras que la ausencia de una señal significa la inexistencia de bacterias. "Este método es rápido y preciso, y puede ser una herramienta valiosa para los médicos en busca de la dosis correcta de los antibióticos y de los investigadores para determinar qué tratamientos son los más eficaces", explica Giovanni Dietler.
En la actualidad, se tarda mucho tiempo en medir la respuesta de una infección bacteriana al tratamiento con antibióticos, ya que los médicos deben cultivar las bacterias y luego observar su crecimiento, a veces durante casi un mes, como es el caso de la tuberculosis, con el fin de determinar si el tratamiento ha sido eficaz. Gracias a los avances en tecnología láser y óptica, un equipo de físicos de la EPFL ha reducido esta práctica a un par de minutos.
Giovanni Dietler, Sandor Kasas y Giovanni Longo se han aprovechado de los movimientos microscópicos del metabolismo de una bacteria. Los signos vitales son casi imperceptibles, por lo que para evaluar su presencia, los investigadores colocan las bacterias en un dispositivo de medición extremadamente sensible con una pequeña palanca ligeramente más gruesa que un pelo que vibra en presencia de cierta actividad, como la metabólica de los gérmenes. Estas infinitamente pequeñas oscilaciones, del orden de una millonésima parte de un milímetro, determinan la presencia o ausencia de bacterias.
Para medir estas vibraciones, los investigadores proyectan un láser sobre la palanca, cuya luz se refleja a continuación hacia atrás y la señal se convierte en una corriente eléctrica que deber interpretar el médico o investigador. Cuando la corriente eléctrica es una línea recta, se sabe que las bacterias están muertas y es tan fácil de leer como un electrocardiograma.
POSIBLE EN EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER
Los investigadores están evaluando el potencial de la herramienta en otros campos, especialmente en oncología. "Si nuestro método también funciona en este campo, realmente tenemos una herramienta valiosa en nuestras manos que nos puede permitir desarrollar nuevos tratamientos y probar de forma rápida y sencilla cómo el paciente está reaccionando a la terapia contra el cáncer", concluye Sandor Kasas.