MADRID 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) ha aclarado que los tratamientos con fuentes de luz "no están exentos" de efectos no esperados, habitualmente leves y transitorios, a pesar de "su excelente balance beneficio-riesgo".
Así se han pronunciado después de que la 'influencer' Adara Molinero haya acusado, a través de redes sociales, a una clínica a la que acudía para borrar unas manchas en su piel de provocarle quemaduras de segundo grado.
"Es habitual que reacciones o respuestas que puedan resultar muy llamativas para el paciente --o incluso para otro facultativo no especialista-- sean en realidad de naturaleza transitoria y leve, sin comportar consecuencias a medio - largo plazo. En este contexto es frecuente que se interpreten como quemaduras profundas o de segundo grado lo que en realidad es la respuesta habitual a la fuente de luz o, en algunos casos, daño epidérmico de naturaleza superficial", ha asegurado la AEDV en un comunicado.
Según los dermatólogos, "la diferencia es importante, pues este tipo de lesiones no conllevan ni las molestias --ni sobre todo el pronóstico--, de una quemadura profunda o de segundo grado, donde existe mucho mayor tiempo de curación y, sobre todo, riesgo de secuela".
En este sentido, han recordado que, por su naturaleza e intensidad, la mayoría de los procedimientos dermatológicos "no están exentos de molestias para el paciente, así como de potenciales efectos no esperados que se discuten y recogen en los documentos de consentimiento informado con los que se trabaja en práctica clínica habitual". Esto es así en todas las especialidades médicas.
Por este motivo, ante cualquier eventualidad relacionada con un procedimiento realizado o indicado por un dermatólogo, la AEDV insta a contactar con el facultativo responsable, pues es quien más información tiene para interpretar lo que está sucediendo. "Esto forma parte del seguimiento habitual de cualquier acto médico y forma parte del mismo proceso terapéutico", han zanjado.
Por último, recuerdan que el dermatólogo es un médico especialista con formación de al menos seis años como licenciado y cuatro de especialidad hospitalaria vía MIR, "después de una dura oposición competitiva".
"Por este motivo, está perfectamente acostumbrado al manejo de los efectos esperados y no esperados de los procedimientos que realiza en el ejercicio de su profesión. Esto es una parte importante del valor añadido que se ofrece: no existe profesional más cualificado para el manejo de cualquier circunstancia que suceda en la piel o anejos (pelo y uñas) que el especialista en dermatología médico-quirúrgica y venereología", han concluido.