MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Entre el 80 y el 90 por ciento de los casos de dermatitis de contacto ocupacional se manifiesta a través de las manos, explica el doctor José Luis García-Abujeta, miembro del comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), quien advierte de que, entre las causas más frecuentes, "se encuentra la sensibilización al níquel, debido al uso de bisutería y otros materiales metálicos (monedas, llaves, herramientas...) que en su confección pueden contenerlo".
En ocasiones, continua, "algunos productos cosméticos también pueden incluir este componente". De hecho, en los últimos años, y debido a la aparición de nuevas profesiones, están incrementando los casos de dermatitis de contacto y están surgiendo nuevos materiales que propician el desarrollo de este tipo de alergia, como algunos desinfectantes, las isotiazolinonas, presentes en productos de higiene personal, en pinturas al agua y en otros materiales ocupacionales.
Se estima que alrededor de 5.000 sustancias químicas pueden producir dermatitis de contacto de causa alérgica. Cuando alguno de estos materiales entra en contacto con la piel, se desarrollan eczemas o dermatitis de contacto.
¿QUÉ ES LA DERMATITIS DE CONTACTO OCUPACIONAL?
La dermatitis alérgica de contacto es una enfermedad común que se manifiesta a través de una reacción inflamatoria de la piel como consecuencia del contacto de una sustancia alergénica sobre la superficie cutánea. Diversos estudios han registrado que esta patología tiene una gran incidencia en España y en Europa, contabilizándose entre 11 y 86 casos por cada 100.000 trabajadores. En el año 2015 la dermatosis asociada al trabajo se situó como la segunda patología con más incidencia en las Islas Canarias.
"Las enfermedades ocupacionales de la piel se encuentran entre las cinco primeras patologías laborales de muchos países, siendo la dermatitis de contacto una de las más frecuentes. Entre el 80% y el 90% de los casos de este tipo de alergia se manifiesta a través de las manos y en segundo lugar las muñecas, seguidos de brazos (18% a 30% de los casos), cara (15,6%) y piernas (12%). A pesar de ser tan frecuente, este tipo de alergia está totalmente subestimada e infravalorada", añade el experto.
Hasta ahora, los profesionales que tenían mayor riesgo de sufrir esta patología eran los agricultores, los carpinteros, los trabajadores de la construcción, los manipuladores de alimentos, los peluqueros, los cocineros y pasteleros, los pintores, los veterinarios, los profesionales sanitarios, los protésicos dentales, los mecánicos, los zapateros, los ceramistas, los farmacéuticos, los metalúrgicos y aquellas personas que trabajaban en la industria química.
Sin embargo, con la incorporación de nuevas profesiones, el listado de empleados que se ven afectados por los materiales que incluyen sus herramientas de trabajo ha aumentado. "Esteticistas dedicadas a las uñas artificiales, trabajadores de instalación y reparación de los modernos molinos de energía eólica, trabajadores manejando imprentas 3D, bailarinas de 'pool dance', músicos (incluyendo guitarristas flamencos y txistularis), deportistas (futbolistas, golfistas) e incluso los conductores de automóviles privados están viendo cómo la dermatitis de contacto les pasa factura a causa de su profesión", subraya el doctor .
TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN DE LA DERMATITIS DE CONTACTO
La dermatitis de contacto está en constante evolución debido a nuevas fuentes de contacto, a alérgenos conocidos que se utilizan en nuevos productos y a la aparición de otros nuevos. Esto conlleva un esfuerzo constante para detectar estos contactantes, realizar un diagnóstico correcto y dirigir la evitación de forma adecuada. En este sentido, la necesidad de la prevención está plenamente justificada, especialmente en el mundo laboral. De hecho, recientemente se ha publicado un documento sobre la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cutáneas relacionadas con el trabajo", subraya la doctora Milagros Lázaro, presidenta del comité de Alergia Cutánea de la SEAIC.
Para detectar qué pacientes sufren dermatitis de contacto se realiza un estudio con pruebas epicutáneas, también llamadas "pruebas de parches". Este diagnóstico consiste en la colocación de unos parches en la espalda con los diferentes alérgenos que se pretende estudiar o grupos de sustancias (baterías) y que el especialista selecciona según cada caso para comprobar en los siguientes días la respuesta de la piel en contacto con dichos materiales.
Dichas pruebas evolucionan a medida que aparecen alergias a nuevas sustancias, los profesionales sanitarios pueden actualizar el diagnóstico en función del contexto actual. "En la última batería europea destacan la inclusión de un marcador para detectar alergia a metacrilatos que se relaciona con el uso de uñas artificiales, prótesis dentales y metálicas articulares y algunos dispositivos médicos. Además, se ha añadido el propóleo, que se usa en productos cosméticos y 'naturales' y es el causante de frecuentes alergias en la piel", incide el alergólogo.
El tratamiento para paliar este tipo de dermatitis se realiza con cremas o ungüentos corticosteroides, terapias emolientes básicas, fototerapia, a veces medicamentos orales - antihistamínicos, corticoides orales - y medidas preventivas. "La comezón asociada con la dermatitis aguda de contacto es a menudo severa y por lo general se trata mejor con esteroides que con antihistamínicos, que no tienen ningún efecto documentado sobre la dermatitis", explica el doctor José Luis García-Abujeta.
Para este tipo de alergias no existe ninguna vacuna, por ello, principalmente, se aconseja su evitación. Tal y como detalla el alergólogo "existen tres niveles de prevención para la dermatitis de contacto. En primer lugar, la prevención primaria, que tiene por objeto prevenir enfermedades o lesiones antes de que ocurran; la prevención secundaria, para reducir el impacto de la alergia; y la prevención terciaria, para suavizar el impacto de la dermatitis de contacto cuando los efectos asociados son de larga duración".