MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (DGPND), Joan Ramón Villalbí, ha advertido de su preocupación por "la detección de una cierta banalización de los riesgos asociados al cannabis".
"Estamos bastante preocupados por la detección de una cierta banalización de los riesgos asociados al cannabis, que contribuye seguramente a favorecer su consumo", ha lamentado este martes durante su intervención ante la Comisión Mixta para el Estudio de los Problemas de las Adicciones.
Villalbí ha recordado que, según los datos del Plan Nacional Sobre Drogas, "más o menos un 10 por ciento de la población española lo ha consumido en el último año y un 3 por ciento diariamente". "Son cifras relativamente altas en el contexto internacional", ha alertado.
En este punto, ha recordado los problemas asociados al consumo de esta droga: "Incrementa las lesiones, sobre todo por tráfico. En Colorado (Estados Unidos), ya hay más lesiones por consumo de cannabis que de alcohol. Produce brotes psicóticos, sobre todo en usuarios noveles. Hay personas muy jóvenes que en su primer episodio de consumo acaban en Urgencias. Y genera dependencia. Un 10 por ciento de los ocasiones la desarrollan y en usuarios diarios un 50 por ciento".
DUDAS SOBRE LA REGULACIÓN DEL CANNABIS
Precisamente este martes se debate en el Congreso la toma en consideración de la Proposición de Ley de Más País para regular el cannabis, una iniciativa que probablemente no prosperará debido a la previsible negativa del PSOE.
La iniciativa de Más País, similar a otras presentadas por ERC y Unidas Podemos, pretende regular el uso medicinal, la compra y venta de cannabis, así como su autoconsumo o el cultivo profesional, obligando en este campo al empleo de al menos un 60 por ciento de energías limpias.
Además, el objetivo de la formación liderada por Íñigo Errejón es aflorar para las arcas públicas los beneficios económicos que reporta el cannabis vía impuestos. Por ello, se pauta un impuesto especial del 35 por ciento (del que estarán excluidos los usos medicinales y terapéuticos) que reportarían más de 3.000 millones de euros para el Estado y tendrá un carácter finalista, pues el 60 por ciento de lo recaudado se destinaría obligatoriamente a la financiación de la sanidad pública. También descargaría a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de esa tarea actual de vigilar el trapicheo.
En materia de autoconsumo, Más País quiere limitar un máximo de hasta 12 plantas y no emplear potencias superiores a los 1.200 vatios. A su vez, el texto de la propuesta pauta que el almacenaje de sus derivados de floración seca no supere los 3.650 gramos y los productos extraídos, como resinas o aceites, no excedan los 1.000 gramos.
También fija las condiciones para asociaciones, que rondan la posibilidad entre 150 a 450 kilogramos, además de pautar un registro de profesionales para el uso medicinal del cannabis.
Preguntado acerca de esta cuestión, Villalbí ha mostrado "cierta preocupación" porque este tema "se abordara de forma que generara una gran disponibilidad de cannabis para consumo en la sociedad y que se reflejara en mayores consecuencias". "Esta sería una preocupación que nosotros tendríamos y que sería razonable", ha detallado.
En cualquier caso, se ha mostrado abierto a debatir su uso medicinal y terapéutico. "Hay algunos indicios de que para algunas situaciones los derivados del cannabis pueden ser útiles. Tenemos dos medicamentos aprobados que están tomando entre 3.000 y 4.000 personas en España que ven aliviados sus síntomas porque han demostrado que era útil para estas utilizaciones. Este es el camino de la ciencia y el conocimiento", ha asegurado.
LAS DROGAS DURANTE LA PANDEMIA
Por otra parte, el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas ha explicado cómo se modificó el consumo de las distintas drogas durante los peores momentos de la pandemia. "No todos los cambios fueron de más consumo. En realidad, el consumo de cannabis y alcohol bajaron bastante, sobre todo en los más jóvenes, porque los espacios en los que consumen están vinculados al contexto y estas situaciones no se daban en la misma frecuencia", ha ejemplificado.
En cambio, en las personas mayores, que tienen un consumo de estas sustancias "más estructurado, e incluso con adicciones", subió. "Pero más gente dejó de fumar durante la pandemia de los que empezaron. El juego presencial cayó en picado, en cambio el 'on line' se mantuvo en proporción de personas que lo hacían, aunque es posible que tuvieran un patrón más intenso", ha resumido.
Villalbí ha puntualizado, no obstante, que "aún es un poco pronto para saber qué cambios estructurales de consumo ha provocado la pandemia" de COVID-19. "En la fase inicial de la pandemia, por ejemplo, el confinamiento afectó a las rutas del narcotráfico, hubo menor disponibilidad de sustancias y eran más caras y más adulteradas. Esto llevó a que algunos usuarios de drogas insatisfechos pidieran tratamiento por primera vez", ha resaltado.
El delegado ha loado los esfuerzos de las comunidades autónomas para la atención de las adicciones a pesar del confinamiento. "La pandemia fue un golpe inesperado que superó cualquier expectativa. En la etapa inicial se mantuvieron las líneas de trabajo, con el personal mayoritariamente teletrabajando, con pocos instrumentos pero se consiguió mantener el rumbo. Conseguimos hacer una evaluación temprana del impacto del confinamiento en personas con adicciones y en programas de tratamiento y prevención", ha apuntado.
Así, "a partir del verano de 2020 la actividad asistencial fue volviendo poco a poco a la normalidad". "Los programas de prevención sufrieron mucho, no estaban adaptados a buscar respuesta telemática, se basaban mucho en actividades presenciales que era complicado realizar. Pero gracias al esfuerzo se consiguió sacar para adelante", ha remachado.