Dejar de fumar con 30 años de edad reduce en más de un 90% el riesgo de muerte prematura por patologías relacionadas

Un cigarro en un cenicero
TOMASZ SIENICKI
Actualizado: lunes, 7 febrero 2011 11:56

SEVILLA, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

Dejar de fumar alrededor de los treinta años de edad reduce la probabilidad de morir de forma prematura por enfermedades relacionadas con el tabaco en más de un 90 por ciento, un porcentaje de reducción del riesgo que baja hasta el 50 por ciento si, por contra, el abandono de este hábito pernicioso se hace a los 50 años de edad.

De esta forma, se ha referido este lunes el presidente de la Sociedad Andaluza de Cardiología (SAC), Miguel Ángel Ulecia, a los beneficios que supondría para la salud un abandono temprano de este hábito, como por ejemplo "el riesgo relativo de cardiopatía isquémica, que también decrece al dejar de fumar".

De igual modo, ha aludidio a estudios llevados a cabo a los dos ó tres años de abandonar el hábito tabáquico, que revelan que el riesgo de sufrir cardiopatía isquémica en estas personas es equiparable al de los no fumadores.

"La reducción del riesgo de infarto de miocardio como consecuencia del abandono del hábito tabáquico se cifra entre un 50 y un 70 por ciento, meintras que la muerte súbita cardiaca se estima en un 20 a 50 por ciento", ha subrayado este expertos, quien ha reiterado que "tres años después de haber dejado el tabaco, el riesgo de infarto de miocardio o accidente cerebrovascular del ex fumador es el mismo que el de quien no haya fumado nunca".

Por ello, ha apostado por informar y aconsejar a los pacientes de los beneficios que conlleva el abandono de este hábito perinicioso, "a fin de motivarlos para que la decisión sea tomada por ellos. Es difícil pero posible, gracias también a los programas de apoyo que existen en la sanidad o haciendo uso de cualquier tratamiento sustitutivo de la nicotina y a las ayudas psico-sociales", ha agregado.

El consumo de tabaco es el factor de riesgo cardiovascular modificable más importante y el que más contribuye a la morbi-mortalidad por cardiopatía isquémica, con una incidencia de patología coronaria en los fumadores tres veces mayor que en el resto de la población.

Según el Dr. Ulecia, sólo un 37 por ciento de los españoles consideran el tabaquismo como un factor de riesgo cardiovascular mientras que el grado de concienciación frente a otros factores se sitúa en el 60 por ciento como en el caso de la hipertensión.

EFECTOS DEL TABACO SOBRE APARATO CARDIOVASCULAR

Los efectos del tabaco sobre el aparato cardiovascular se deben, fundamentalmente, a la acción de la nicotina que desencadena la liberación de las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), produciendo daño en las arterias, aumento del tono cardiaco con espasmo, alteraciones en la coagulación, incremento del LDL (colesterol malo) y reducción del HDL (colesterol bueno).

La acción del monóxido de carbono también disminuye el aporte de oxígeno al miocardio y aumenta el colesterol y la concentración plaquetaria en la sangre (capacidad de formar coágulos).