MADRID 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias del País Vasco (CIC bioGUNE) han descubierto un nuevo mecanismo por el que una proteína evita mutaciones genéticas ligadas al cáncer, cuya alteración puede explicar por qué algunos agentes externos como el humo del tabaco pueden dañar al ADN, según un artículo que aparece publicado en la revista 'Nature Structural and Molecular Biology'.
La información genética del ser humano está codificada en su genoma y cuando una célula se divide debe duplicar o replicar su genoma, de lo que se encargan unas proteínas enzimáticas denominadas polimerasas. El problema es que, cuando algunos agentes externos dañan el ADN al modificarlo químicamente, éste es replicado en su versión mutada al ser "leído" incorrectamente.
En concreto, y gracias a la colaboración con expertos del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York y la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), han descubierto que las polimerasas de la familia Y son capaces de evitar la duplicación de la mayoría de estas mutaciones producidas en el ADN --relacionadas con los procesos cancerígenos--, algo que resulta "muy útil" a la hora de evitar un cáncer en el momento de su gestación.
"Hasta ahora se conocía que si agentes externos dañaban la base del ADN, a menudo y a pesar de todos los posibles sistemas de reparación, la mutación se producía igualmente pero no en el par de bases dañado sino en sus inmediaciones", explicó Lucy Malinina, investigadora del CIC bioGUNE.
Sin embargo, explica esta experta, han descubierto que cuando estas polimerasas (de la familia Y) interactúan con la base dañada se pueden "provocar en algunos casos una mutación a su alrededor".
Los investigadores han estudiado la estructura a escala atómica de dicha proteína utilizando técnicas del ámbito de la biología estructural, un área de investigación cuyo objetivo es determinar la estructura de macromoléculas y de complejos supramoleculares.
En este sentido, aseguran que la función de las proteínas está ligada a su estructura y conocer su patrón de plegamiento proporcionará información trascendental sobre el modo en que desarrollan su papel molecular.