La cuperosis es uno de los efectos secundarios más comunes del frío en piel

Actualizado: martes, 3 diciembre 2013 16:41
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MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

   En invierno la piel sufre cada día por los cambios de temperatura que ocasiona pasar del frío de la calle al calor que origina la calefacción en las casas, oficinas y establecimiento. Esta constante variación de temperaturas provocan continuas vasoconstricciones y vasodilataciones en la piel y la consecuencia es la aparición de capilares dilatados o cuperosis.

   "La cuperosis es uno de los efectos secundarios más comunes del frío en nuestra piel", señalan desde la Clínica Ordás, que recuerda que este es uno de los problemas más comunes. "Se trata de pequeños capilares dilatados que forman como telas de araña especialmente en las mejillas y la nariz aunque pueden aparecer por todo el rostro", y se pueden eliminar "forma definitiva y sencilla" con láser en pocas sesiones, pero hay que mantener unos cuidados para evitar que vuelva a aparecer en otra zona.

   Se localizan fundamentalmente en la nariz, pómulos y barbilla y puede afectar a cualquier persona aunque son más frecuentes en mujeres y en personas con la piel clara y sensible. "Se desconoce la causa que provoca su aparición pero sí que existen una serie de factores que la favorecen, como los cambios extremos de temperatura, la aplicación de corticoides, el abuso del tabaco, el estrés o la menopausia", señalan.

   Aunque se puede eliminar definitivamente con el láser Decolorante pulsado, "es la mejor opción y la más segura para tratar la cuperosis", señala dermatólogo de la clínica, el doctor Fernando Ordás, quien insiste en que es el tratamiento es definitivo, ya que ese vaso sanguíneo nunca vuelve a aparecer, pero hay que tener en cuenta que pueden dilatarse otros nuevos por lo que habrá que seguir unas pautas para prevenir que vuelva la cuperosis.

   En el caso de decidirse por el laser, hay que tener en cuenta que el número de sesiones se decide en función de la cantidad de telangectasias y de cada piel, pero la media está entre 1 y 3, en intervalos de 30 días. Cada sesión dura unos 15 minutos y, tras la aplicación del láser, es normal que la piel quede un poco enrojecida e incluso puede aparecer algún pequeño hematoma, que se reabsorberá en pocos días y que se puede disimular con maquillaje.

   Ordás hace una serie de recomendaciones para cuidar nuestra piel en esta época de bajas temperaturas: la primera recomendación es la hidratación, en este sentido recuerda que más indicado es la combinación de lociones que contengan ceramida, ácido lactónico y otras sustancias dermoprotectoras; y, por otra parte, aconseja el uso de protector solar que en invierno debe seguir siendo un cosmético básico.

ZONAS MÁS VULNERABLES SON LAS MÁS EXPUESTAS

   Además las bajas temperaturas acentúan otros problemas de la piel como las rojeces y la sequedad. Así, las pieles grasas sufren en menor medida que las secas porque poseen una capa hidrolipídica que la protege más adecuadamente de los factores climáticos adversos; mientras, en las pieles secas esta capa es más escasa por ello es más fácil el aumento de la sequedad producida por temperaturas bajas.

   En ambos casos, recuerdan, "pero sobre todo en pieles secas, hay que programar una hidratación adecuada que recomponga esa capa hidrolípidica responsable de proteger la piel de los factores externos".

   Por otra parte, desde la clínica destaca que hay que tener especial cuidado con las pieles sensibles ya que pueden sufrir especialmente los efectos del frío por la aparición de capilares dilatados pero esto puede tratarse con productos específicos. "Para prevenirlos se deben utilizar cosméticos con principios activos calmantes y descongestivos como la avena, la rosa mosqueta, la glicerina o el aloe vera", explican.

   Por otra parte, avisan de que las zonas más vulnerables son las más expuestas, pero también aquellas donde la piel es más fina como el contorno de ojos y labios. "El hecho de que estas zonas se resequen más durante esta época es porque el tipo de piel que rodea los ojos y sobre todo la de los labios es de una especial sensibilidad", añade,

   Desde la Clínica Ordás dan un último consejo si aprovechando la nieve se decide ir a esquiar. En este caso, recuerdan que es necesario utilizar productos específicos para la montaña: protector solar, contorno de ojos y protector labial. Estos productos hay que reponerlos cada pocas horas para evitar que quedemos desprotegidos. En el resto del rostro hay que utilizar una hidratante muy nutritiva y, añaden, es recomendable también utilizar cosméticos que contengan antioxidantes.