MADRID, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación, realizada en el King's College de Londres y presentada en el Congreso Europeo de Psiquiatría celebrado en París, muestra que las personas con antecedentes de trastornos de salud mental como depresión, trastorno bipolar o trastornos de ansiedad tienen marcadores sanguíneos que sugieren que son mayores que su edad real.
Esto podría explicar en cierta medida por qué las personas con problemas de salud mental suelen tener una esperanza de vida más corta y más enfermedades relacionadas con la edad que la población general.
Para llegar a esta conclusión, el doctor Julian Mutz y la profesora Cathryn Lewis, del King's College de Londres, analizaron los datos de 168 metabolitos sanguíneos diferentes de 110.780 participantes en el Biobanco del Reino Unido. Vincularon estos datos a la información sobre si los individuos tenían antecedentes de trastornos mentales y descubrieron que los que padecían un trastorno mental tenían un perfil de metabolitos más antiguo de lo que cabría esperar para su edad.
"Descubrimos que, por término medio, las personas con antecedentes de trastorno mental tenían un perfil metabólico que implicaba una edad superior a la real. Por ejemplo, las personas con trastorno bipolar tenían marcadores sanguíneos que indicaban que eran unos dos años mayores que su edad cronológica", explica el investigador principal, el doctor Julian Mutz.
Las personas con trastornos con problemas de salud mental suelen tener una vida más corta y una salud de peor calidad que la población general. Las estimaciones del efecto varían según el trastorno mental. A menudo, las personas con mala salud mental muestran una mayor tendencia a desarrollar afecciones como enfermedades cardíacas y diabetes, y estas afecciones tienden a empeorar con la edad.
Además, un estudio de 2019 ya reveló que, por término medio, las personas con trastornos mentales tenían una esperanza de vida más corta (en comparación con la población general), en torno a 10 años en el caso de los hombres y siete años en el de las mujeres.
Tras estos hallazgos, el doctor Mutz asegura que, "si se pueden utilizar estos marcadores para rastrear el envejecimiento biológico, esto podría cambiar la forma en que se controlan la salud física de las personas con enfermedades mentales y cómo se evalúa la eficacia de las intervenciones destinadas a mejorar la salud física".