MADRID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
El riesgo de extensión de las enfermedades de transmisión sexual --VIH incluido-- se mantiene elevado puesto que un 40 por ciento de los españoles sin pareja estable confiesa que mantiene relaciones sexuales sin preservativo. Una encuesta realizada por la OCU para conocer el comportamiento sexual de los españoles y estudiar la relación entre salud sexual, satisfacción sexual y calidad de vida.
concluye además que todavía existen muchas dudas, tabúes y comportamientos de riesgo. Lo más preocupante, un 11 por ciento dice que ha sufrido algún tipo de abuso sexual.
En el apartado de métodos anticonceptivos, la encuesta, realizada a 3.140 españoles de 18 a 74 años, revela que la mayoría de los encuestados por la OCU vive una relación estable, por lo que no es de extrañar que prácticamente la mitad de ellos admita no usar nunca el preservativo. Pero entre los que no mantienen ese tipo de relaciones estables, sólo uno de cada cuatro encuestados era partidario de utilizarlo. Entre los motivos señalados para no utilizar este método anticonceptivo se encuentra la falta de información, de motivación y de convicción necesarias. Una fuerte implicación religiosa, un bajo nivel económico y una educación limitada juegan también en contra del preservativo. Un dato interesante es que el 72% de los jóvenes menores de 25 años considera que los preservativos son muy caros.
Por otro lado, el 30% de los encuestados confiesan no haber utilizado ninguna barrera contraceptiva en su primera relación sexual. Y cuando más jóvenes eran menor cuidado tuvieron. Según la OCU, este es un problema serio y relevante, ya que de acuerdo con los datos del Ministerio de Sanidad y Consumo la mayoría de los casos de embarazos no deseados se dieron en el grupo de 15 a 19 años y el 14% de los 85.000 abortos que se practicaron en España en 2004 se realizaron a mujeres menores de 19 años.
Para evitar, sobre todo entre los jóvenes, los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual, que podrían reducirse sustancialmente con el uso del preservativo, la OCU pide a los Departamentos de Educación de las Comunidades Autónomas que insten a los colegios para que desarrollen una información sexual cercana y clara para el alumno.
En cuanto a su orientación sexual, la mayoría de los españoles se declara heterosexual (un 91%) y el resto se define como homosexual (4%), bisexual (3%) o bien tiene dudas sobre su orientación (2%). Por otra parte, el 13% de los homosexuales y el 14% de los bisexuales encuestados mantienen su orientación sexual en absoluto secreto (porcentaje que alcanza el 30% entre las mujeres heterosexuales).
Por otra parte, el 52% de las mujeres y el 58% de los hombres señaló que el inicio de las relaciones sexuales se produjo antes de cumplir los 20 años; (un 6%, antes de cumplir los 15 años). En este sentido, las mujeres afirman que lo hicieron por amor y los hombres por una cuestión de deseo y de curiosidad por experimentar. Por otro lado, el 40% de los encuestados que tienen o han tenido pareja afirma mantener relaciones sexuales una o dos veces por semana; alrededor de una cuarta parte, tres o más veces por semana; mientras que para un 10% la frecuencia no alcanza una vez al mes.
UN 11% AFIRMA HABER SUFRIDO ALGÚN TIPO DE ABUSO SEXUAL
Uno de los temas de máxima preocupación que se desprende del estudio de la OCU es que un 11% de los encuestados afirmó haber sufrido algún tipo de abuso sexual; y un 6% declaró haberlo sufrido cuando aún no había cumplido los 13 años. El abuso sexual es casi tres veces más frecuente entre las mujeres que en los varones. El abusador suele ser un hombre conocido por el menor. Además, un 18% de las encuestadas afirmó haber sufrido acoso sexual en su propio entorno de trabajo.
De las repuestas se deduce que los problemas sexuales no se consideran tan importantes como otro tipo de aspectos relacionados con la salud, puesto que sólo un 20% de los encuestados con problemas sexuales consultó a un profesional sanitario. Preguntados por a qué tipo de facultativo se dirigieron, las mujeres señalaron al ginecólogo de forma mayoritaria y los hombres al urólogo. El médico de familia fue el siguiente profesional más nombrado.
Por otro lado, muy pocos de los encuestados con algún tipo de disfunción sexual acudió a un profesional sanitario, y de hacerlo es posible que hubieran tenido que acudir a una consulta privada. La OCU quiere destacar que, en general, las Administraciones públicas no cuenten con especialistas sanitarios en problemas sexológicos, ni con programas terapéuticos específicos. Además los medicamentos que tratan la disfunción eréctil no entran en la cartera de servicios de la sanidad pública.