INGELHEIM (ALEMANIA), 10 Feb. (EUROPA PRESS/Cristina Sánchez)
El 27% de los enfermos de Parkinson presenta síntomas de depresión, de los que el 64% recibe tratamiento con antidepresivos. No obstante, el 39% de estos enfermos no logra resultados a largo plazo contra la depresión pese al tratamiento, según las conclusiones preliminares de un estudio que elabora en la actualidad un grupo de científicos de los laboratorios Boehringer Ingelheim y que fue presentado ayer en Alemania durante una jornada sobre 'El 'Pramipexol' en la enfermedad de Parkinson: como centrar la investigación futura en una década de experiencia con los pacientes'.
La exposición de estos primeros datos de la investigación, pionera en su campo, fue inaugurada por el doctor Alessandro Banchi, presidente del Comité Ejecutivo de estos laboratorios, y cerrada por el doctor Frank Degner, responsable médico de Boehringer Ingelheim y de 'Pramipexol', un fármaco empleado en la actualidad para combatir los problemas de movimiento que sufren estos enfermos y que se está probando como potencial medicamento para tratar los síntomas depresivos asociados con el mal.
En este encuentro de periodistas y expertos, el profesor Anthony Schapira, del Colegio de Médicos de Londres, y el profesor alemán de Psiquiatría Matthias Lemke explicaron que en sus primeras conclusiones el estudio PRODEST, un experimento realizado a 1.023 enfermos de Parkinson, apunta la posibilidad de que fármacos como 'Pramipexol' puedan ser utilizados para tratar las alteraciones anímicas en estos pacientes e incluso frenar o ralentizar la progresión del mal. Sin embargo, según puntualizó el doctor Degner, "son datos aún por confirmar a través de ensayos adicionales que ya se están realizando".
El doctor Degner explicó que el estudio de los síntomas no motores del Parkinson se despunta como "una de las líneas de investigación más prometedoras" en la búsqueda de estrategias de optimización de los tratamientos contra la dolencia, en la que se obtendrán resultados "en dos o tres años". Otro de los retos, según el médico, es intentar frenar o "ralentizar" la progresión de la enfermedad, una meta que se dibuja más lejana en el horizonte marcado por los investigadores del laboratorio alemán.
La importancia de este enfoque radica en que el 43% de los enfermos de Parkinson en el mundo sufre una depresión que se convierte en el factor que más determina su pérdida de calidad de vida y para el que aunque resulte paradójico, sólo el 25% de los pacientes recibe tratamiento y del que casi la mitad no consigue resultados a largo plazo, según el profesor alemán del Psiquiatría Matthias Lemke.
La enfermedad de Parkinson, el segundo trastorno neurológico crónico más común en los ancianos, sólo superado por el Alzheimer, afecta en el mundo a entre el 1 y el 2% de las personas mayores de 65 años.