MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denuncia la falta de controles y de vigilancia de la salud cardiovascular del colectivo de bomberos por parte de sus servicios de prevención, ya que el 22,8 por ciento de los bomberos afirman que su servicio de prevención no le somete a ningún tipo de seguimiento relacionado con la salud cardiovascular.
Así se desprende de un estudio realizado a nivel nacional por parte de CSIF a 5.000 bomberos de entre 25 y 60 años de diferentes categorías profesionales y teniendo en cuenta sus años de servicio. El objetivo de dicha encuesta ha sido determinar la existencia de cardiopatías, las medidas aplicadas por los servicios de prevención y las sensaciones percibidas por los bomberos en el ejercicio de su trabajo.
La organización sindical entiende que se trata de "un hecho de especial gravedad", teniendo en cuenta que los bomberos constituyen un colectivo laboral "especialmente vulnerable" a sufrir una patología cardíaca.
Según señalan desde CSIF, diversos estudios científicos han demostrado que los ritmos circadianos afectan a la salud cardiovascular, y que pasar de un estado de reposo a un repentino e inmediato sistema de alarma provoca a nivel fisiológico la activación súbita del sistema simpático, lo que provoca un aumento brusco de cortisol, siendo uno de los procesos más dañinos para el organismo.
Los bomberos están expuestos a un aumento de la frecuencia cardíaca, esfuerzo físico intenso, y al estrés por las actividades de extinción de incendios, lo que genera un mayor riesgo de cardiopatías e incluso ataques cardíacos.
En relación a la encuesta, la mayor parte de los bomberos que sí tienen algún tipo de control reconocen que consiste en un electrocardiograma en el reconocimiento anual (68,3 por ciento). Solo al 9 por ciento de los encuestados se les realiza una prueba de esfuerzo anual, y únicamente al 1,3 por ciento se les realiza anualmente un estudio específico.
Además, el 20 por ciento de los encuestados ha tenido alguna enfermedad o síntoma cardíaco y el 64 por ciento siente pulsaciones descontroladas cuando suena la alarma de activación del servicio, y más de un 14 por ciento lo sufre durante el trayecto hacia el siniestro.
Casi un 17 por ciento de los bomberos ha tenido algún tipo puntual de alteración cardíaca sin consecuencias; un 4,2 por ciento padece una patología cardiaca diagnosticada y casi un 1,5 por ciento ha sufrido durante su vida un infarto.
Por otro lado, casi un 35 por ciento refiere haber experimentado un ritmo cardíaco rápido o irregular; de ellos, en su mayoría (casi un 25 por ciento) lo ha tenido durante la intervención, apareciendo incluso durante los periodos de descanso.
Además de la aparición de ritmos cardíacos irregulares o arritmias, un 39 por ciento de los bomberos encuestados ha experimentado otros síntomas, como mareos, dificultad para respirar, debilidad general, o fatiga. A lo largo de su vida laboral, un 3,4 por ciento de los encuestados ha causado baja médica como consecuencia de sintomatología cardíaca.
Así las cosas, CSIF exige el refuerzo "inmediato" de la vigilancia de la salud cardiovascular para el colectivo de bomberos, y que se incluyan la realización de pruebas específicas como prueba de esfuerzo, electrocardiograma y un estudio específico personal para estos profesionales, como se ha solicitado a los Comités de Seguridad y Salud correspondientes en reiteradas ocasiones. También se ha pedido la inclusión de medidas preventivas, como la substitución de los sistemas de alarma sonora por los de aviso lumínico y pantallas con la información de la intervención.