'Crisis oculta' de altos niveles de enfermedad en los refugiados palestinos

Niños Palestinos En La Franja De Cisjordania
REUTERS
Actualizado: domingo, 7 octubre 2012 12:49


MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -

Una encuesta realizada a 356 refugiados palestinos que viven en campos de refugiados en el Líbano ha revelado que aproximadamente el 31% de las personas que viven en estos campamentos tienen enfermedades crónicas, y que casi una cuarta parte (el 24%) había sufrido una enfermedad grave en los seis meses anteriores a la encuesta. El estudio ha sido publicado en 'The Lancet'.

Los investigadores, dirigidos por Rima Habib, de la Universidad Americana de Beirut, observaron que el 42 por ciento de los encuestados tenían goteras en las paredes o techos de sus hogares, y que el 8 por ciento de las viviendas estaban compuestas de materiales de construcción peligrosos, como el amianto. Los investigadores identificaron una correlación significativa entre la enfermedad crónica y la pérdida de agua en los hogares encuestados, así como otras correlaciones que, en conjunto, indican que existe un fuerte vínculo entre la pobreza y la mala salud en estas comunidades.

Según Hala Ghattas, de la Universidad Americana de Beirut, y sus colaboradores, la inseguridad alimentaria presenta otro problema acuciante para los palestinos desplazados, ya que una encuesta realizada en 2.501 hogares reveló que el 63 por ciento había experimentado alguna inseguridad alimentaria y el 13 por ciento mucha inseguridad alimentaria. Los hogares con inseguridad alimentaria severa eran más propensos a tener un miembro de la familia con una enfermedad crónica, discapacidad o enfermedad mental.

En una evaluación sobre las necesidades de salud de los refugiados palestinos, Yoga Nathan Velupillai, de la Universidad de Limerick, en Irlanda, señala que en un anális similar realizado en 1996, la falta de coordinación entre los proveedores de servicios estaba llevando al incumplimiento de las necesidades de salud de los refugiados. Velupillai observó que, en 2012, el estado de salud de los refugiados palestinos en el Líbano se había mantenido sin cambios después de 16 años.

En el nuevo estudio, Rouham Yamout, de la Universidad Americana de Beirut, y sus colaboradores, realizaron un estudio piloto de medición de los indicadores de inseguridad entre 356 refugiados palestinos que viven en Líbano, seis meses después de la guerra israelí, entre 2008 y 2009. Los investigadores descubrieron altos niveles de inseguridad y angustia entre la población - un tercio de los encuestados reportaron niveles de moderados a altos de aflicción personal (un 38% / 134 encuestados) y / o una alta inseguridad (un 34% / 121 encuestados).

Existe una creciente carga de enfermedades no transmisibles en los refugiados palestinos, por ejemplo, una investigación dirigida por Yousef Shahin, de las Naciones Unidas, muestra que la diabetes presenta un problema creciente. Sin embargo, Shahin y sus colaboradores sugieren que un buen seguimiento, la capacitación del personal y la disponibilidad de medicamentos pueden reducir el creciente problema de la elevada prevalencia de factores de riesgo para la salud en estas comunidades.

RETRASO DE CRECIMIENTO, DESNUTRICIÓN Y OBESIDAD

Salwa Massad, de las Naciones Unidas, y sus colaboradores han evidenciado la prevalencia del retraso del crecimiento, la desnutrición y la obesidad entre escolares refugiados, lo que demuestra la necesidad de una mejor vigilancia del estado nutricional entre los niños, junto con la necesidad de mejorar la difusión de información sobre estilos de vida saludables.

Por otro lado, Anita Vitullo y sus colaboradores de la oficina de la Organización Mundial de la Salud situada en el territorio palestino ocupado, examinaron las barreras para acceder a los servicios de salud a las que se enfrentan muchos palestinos, la mayoría en el este de Jerusalén, como consecuencia del régimen de permiso de Israel. En 2011, 175.228 pacientes y acompañantes de Cisjordania solicitaron permisos para acceder a servicios para la salud, pero el 19 por ciento de estas solicitudes fueron denegadas o sufrieron retrasos; además, de los 10.560 pacientes en Gaza que solicitaron permisos, el 10 por ciento también fueron denegados o sufrieron retrasos.

Las restricciones israelíes también afectan a los trabajadores del hospital en el este de Jerusalén, con permisos que restringen el modo y la vía de entrada a la ciudad, así como la entrada de ambulancias palestinas en Jerusalén.

Otro estudio, realizado por Randa May Wahbe, de la Universidad de Columbia, en EE.UU., pone de manifiesto la preocupación por la salud física y mental, a largo plazo, de los presos políticos palestinos. Un estudio de 10 ex-prisioneros - que habían sido encarcelados durante más de veinte años cada uno - reveló que el entorno de la prisión había exacerbado los problemas de salud de los detenidos, debido a la humedad, el hacinamiento, las plagas, y la falta de higiene en las instalaciones de seguridad israelíes. Además, los encuestados informaron que los centros penitenciarios los obligan a dar información política a cambio de tratamiento.

Según Richard Horton, director de 'The Lancet', "esperamos que la publicación de esta investigación, y las continuas reuniones anuales de The Lancet Palestine Health Alliance, puedan actuar como un mecanismo para que todos aquellos que comparten la responsabilidad por el estado de salud palestino - el Gobierno de Israel, la Autoridad Palestina, las naciones árabes y la comunidad internacional - cumplan con sus obligaciones legales".