MADRID 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un componente inicialmente aislado de un coral blando denominado 'Capnella imbricata' y recogido en Green Island en Taiwán, podría conducir a los investigadores a desarrollar un nuevo grupo de tratamientos para el dolor neuropático, según un estudio de la Universidad Nacional Sun Yat-Sen en Taiwán (China) que se publica en la revista 'British Journal of Pharmacology'. En la actualidad, este tipo de dolor crónico que algunas veces sigue al daño del sistema nervioso no se controla de forma adecuada con analgésicos y requiere el desarrollo nuevos tratamientos.
Las investigaciones recientes sugieren que la inflamación del sistema nervioso es el principal factor que causa este trastorno. La inflamación activa las células de apoyo, como las microglia y los astrocitos, que rodean las células nerviosas.
Estas células activadas liberan componentes llamados citoquinas que pueden excitar los nervios que portan la sensación de dolor y hacer que la persona experimente estímulos ligeramente desagradables como muy dolorosos o estímulos que no harían ningún daño como dolorosos. Por ello, las sensaciones de frío en la piel o frotarla pueden producir un dolor intenso, lo que afecta en gran medida la calidad de vida de la persona.
Aunque el componente químico que estudiaban los investigadores, el 'capnellene', se aisló originariamente en 1974, sólo ahora los investigadores comienzan a apreciar su potencial. Los investigadores evaluaron este componente y otro muy similar en células microgliales aisladas y en modelos experimentales del trastorno en ratas.
Los autores descubrieron que estos componentes reducían en gran medida las actividades asociadas al dolor en las microglias y que también revertían la conducta de dolor excesivo ante un estímulo desagradable en ratas.
Según explica Zhi-Hong Wen, responsable del estudio, "para proporcionar una mejor calidad de vida, necesitamos nuevos fármacos que puedan actuar con rapidez y tener funciones específicas con pocos efectos secundarios. Además, necesitamos una mejor gestión de los trastornos del dolor crónico".
Wen añade que en la actualidad existen pocos agentes farmacológicos que puedan ayudar a las personas que sufren dolor neuropático. "Creemos que estos componentes derivados del mar podrían ayudar al desarrollo de un nuevo rango de fármacos con gran potencial", concluye.