MADRID 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid (ADSPM) ha denunciado que existe una "número significativo" de pensionistas que no tendrán acceso a los medicamentos que se les prescriban durante el mes por no poder pagar el gasto que supone el nuevo copago farmacéutico.
Más del 30 por ciento de los pensionistas podrían ver comprometidos sus tratamientos por no poder comprar los medicamentos prescritos durante el mes. Esta es la conclusión principal que ha sacado de una encuesta realizada a 300 pensionistas que han acudido a centros de Atención Primaria en Madrid, durante la primera semana de implantación del nuevo sistema de copagos en medicamentos.
La aportación promedio del copago correspondiente al 10 por ciento de los medicamentos que utilizan al mes era de 48 euros (rango de 16 a 298 ?), en el caso mas elevado suponía el 45,84 por ciento del importe de la pensión. Un total de 9 pensionistas (3%) señalaron que no iban a comprar los medicamentos prescritos por problemas económicos y 54 mas señalaron que no podrían comprarlos a final de mes (31%)
Además, 72 de los pensionistas (24%) consumían alguno de los medicamentos que van a dejar de ser financiados por el Sistema Nacional de Salud (SNS), con dejarán de consumirlos o pasarán a pagarlos íntegramente de sus bolsillos. Una mayoría afirmo que continuaría haciéndolo si se lo permitían sus ingresos, aunque "es evidente que ello incrementara el numero de pensionistas que no podrán comprar los medicamentos que precisan", destacan desde la asociación.
Aunque el tamaño muestral no es muy elevado, entienden que "evidencia" que existe un elevado porcentaje de pensionistas que, como efecto de los nuevos copagos, no van a poder consumir los medicamentos prescritos por su médicos como resultado de los copagos y del mecanismo que hace que los pensionistas adelanten a las CCAA parte del dinero de los mismos, a expensas de una supuesta devolución de los excesos pagados en 6 meses.
Estas personas, concluye, "verán incrementarse sus problemas de salud, evidenciando la irracionalidad de una política sanitaria que penaliza a las personas mas enfermas y mas pobres para preservar los beneficios de la industria farmacéutica y pagar los desaguisados de la banca".