VIGO, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
El consumo habitual de merluza congelada de Namibia tiene efectos beneficiosos para el colesterol, además de aportar cantidades de vitamina E, según concluye un estudio piloto realizado por la Fundación Biomédica del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI) y promovido por el Instituto de Estudios Marinos para la Nutrición y el Bienestar (INESMA).
La experiencia, que fue presentada hoy en Vigo, se realizó con un total de 52 personas sanas residentes en la ciudad y de entre 19 y 40 años y durante un espacio temporal de seis semanas. Los participantes fueron divididos en tres grupos diferentes, a quienes se les realizó una intervención nutricional basada en el consumo de entre dos y siete raciones del producto a la semana.
Según explicó el gerente del Centro Biomédico en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) y coordinador del estudio, el doctor Enrique Caso, una vez concluido el estudio se pudo comprobar que los participantes "mejoraron su índice de masa corporal y el nivel de colesterol", además de la aportación de vitamina E a su organismo. Asimismo, las 52 personas --un 78 por ciento de los cuales eran mujeres, mientras que el 22 por ciento restante eran hombres-- "mejoraron sus medidas antropométricas y analíticas", añadió.
Esta iniciativa forma parte de una serie de análisis que implican a varias instituciones y mediante los cuales se busca dar una base científica a los beneficios del consumo de merluza congelada de Namibia, la más comercializada, para poder incluirlo en el etiquetado del producto, adelantándose así a las normativas europeas que exigirán avales de investigación.
ESTUDIO CLÍNICO
Este estudio piloto servirá como antesala de un estudio clínico que se desarrollará en 10 hospitales españoles del CIBEROBN, con el objetivo de descubrir si estos efectos positivos en personas sanas se producen también en personas con alto riesgo cardiovascular.
En esta nueva experiencia participarán 550 personas afectadas de síndrome metabólico, quienes serán reclutados de forma periódica y estarán bajo estudio durante doce meses, donde se controlará el consumo de entre seis y siete raciones semanales de merluza.
OTRAS INVESTIGACIONES
Estos estudios, tanto la experiencia piloto como la próxima de tipo clínico, han estado precedidos por investigaciones sobre la presencia de ácidos grasos Omega3, beneficiosos para la prevención de enfermedades cardiovasculares, en la merluza de Namibia.
Así, según explicó el presidente de INESMA, Juanjo de la Cerda, las pesquisas realizadas por el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), concluyen que las cantidades de ácidos grasos contenidas en 100 gramos de merluza congelada de Namibia son de 548 miligramos, de los cuales más del 90 por ciento son beneficiosos para los problemas del corazón, además de estar dentro de los parámetros de cantidades diarias recomendadas.
El centro investigador también ha constatado que este pescado blanco no pierde estas propiedades después de haber sido cocinado. Finalmente, De la Cerda recordó que los ácidos grasos Omega3 no sólo son beneficiosos para la salud cardiovascular, sino que también tienen una influencia positiva sobre los estados del ánimo y la depresión, contribuyen al buen funcionamiento de las funciones cerebrales, protege contra el Alzheimer y varios tipos de cáncer e incide de forma favorable en el desarrollo de los niños.