MADRID, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los consumidores habituales de cannabis, sobre todo adolescentes, corren un mayor riesgo de convertirse a los 30 o 40 años de edad en adultos esquizofrénicos, según explicó el profesor del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Medicina del la Universidad Complutense de Madrid (UCM) José Antonio Ramos, coordinador del estudio 'Aspectos psiquiátricos del consumo de cannabis' que presentó hoy en Madrid.
El profesor Ramos aseguró que existen "evidencias epidemiológicas" que relacionan el uso regular de cannabis con el aumento del riesgo de sufrir esquizofrenia. Según el experto, quienes fuman 'porros' están duplicando su riesgo de sufrir este trastorno psicológico, un riesgo que es aún mayor cuando el consumidor es un adolescente.
"El consumo de cannabis constituye un factor precipitante o predisponente que aumenta de manera considerable el riesgo de padecer dicho trastorno" en personas que presentan "vulnerabilidad genética" a este tipo de enfermedad mental, explicó Ramos, quien advirtió de que esta alerta "nos afecta a todos", ya que nadie sabe con seguridad si pertenece o no a este sector de riesgo.
Además de sus probados vínculos con la esquizofrenia, el uso de cannabis guarda relación con la aparición de otros problemas psicológicos, tales como las depresiones, los trastornos afectivos o de ansiedad que pueden llegar a convertirse en ataques de pánico.
"MÁS CARCINÓGENOS QUE EL TABACO".
Asimismo, el experto destacó que el consumo de cannabis, pese a su imagen inofensiva, produce efectos cognitivos como el deterioro de la memoria, dificultad de concentración, disminución de la atención e incoordinación motora. Además, tiene síndrome de abstinencia. "Aunque se necesitara consumir más cantidad para ver sus efectos, el cannabis contiene mayor carga de carcinogénicos que el tabaco", apuntó.
A la presentación de este libro, financiado por la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid y editado por la Sociedad Española de Investigación en Cannabinoides (SEIC), presidida por el profesor Ramos, acudieron esta mañana el director gerente de la Agencia Antidroga, Manuel Molina, y el director del Instituto de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid, Francisco de Asís Babín.
Durante su intervención, Molina subrayó la importancia que da la comunidad madrileña a la realización de este tipo de investigaciones porque, a su juicio, a través de los datos que proporciona a la población se puede advertir "con base científica" de los problemas que acarrea el consumo de drogas como el cannabis, contra el que la Agencia Antidroga desarrolla en estos momentos dos programas específicos de prevención dirigidos a jóvenes y adolescentes.
Por su parte, el representante del Ayuntamiento madrileño destacó también la relevancia de estos estudios para que sea "la libertad informada" de los ciudadanos la que les ayude a decidir sobre el consumo de drogas que, como muestra este último informe, tienen consecuencias psicológicas para sus consumidores a largo plazo.