MADRID 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
Aunque investigaciones anteriores han relacionado el consumo de alcohol con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, un nuevo estudio ha encontrado que el consumo antes y después del diagnóstico no tiene impacto en la supervivencia de la enfermedad. De hecho, se encontró un modesto beneficio en la supervivencia en las mujeres que eran bebedoras moderadas antes y después del diagnóstico debido a una reducción en el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular, principal causa de mortalidad entre los supervivientes de cáncer de mama.
La investigación, cuyos resultados publica la revista 'Journal of Clinical Oncology' en su edición de este lunes, fue dirigida por Polly Newcomb, miembro de la División de Ciencias de la Salud Pública y director del Programa de Prevención del 'Fred Hutchinson Cancer Research Center'. "Nuestros resultados deberían tranquilizar a las mujeres que tienen cáncer de mama debido a que su consumo de alcohol no tendrá impacto en la supervivencia tras el diagnóstico. Este estudio también proporciona apoyo adicional para el efecto beneficioso del consumo moderado de alcohol con respecto a la enfermedad cardiovascular", dijo Newcomb.
El estudio se basó en datos de casi 23.000 mujeres que participaron en el Estudio Colaborativo de Cáncer de Mama, del Instituto Nacional del Cáncer con distintos patrocinios, comenzó en 1988 y se llevó a cabo en Nueva Hampshire, Massachusetts, y Wisconsin, en Estados Unidos. En un pequeño análisis de seguimiento entre 1998 y 2001, a cerca de 5.000 participantes se les envió un cuestionario sobre sus hábitos de consumo de alcohol después del diagnóstico.
Entre los participantes con antecedentes de cáncer de mama, los autores encontraron que la cantidad y el tipo de alcohol que una mujer dijo consumir en los años antes de su diagnóstico no se asoció con la probabilidad de morir por cáncer de mama. Sin embargo, también detectaron que aquellas que consumían un nivel moderado de alcohol (tres a seis bebidas por semana) en los años antes de su diagnóstico de cáncer eran un 15 por ciento menos propensas a morir por enfermedad cardiovascular que las no bebedoras.
El consumo moderado de vino, en particular, se asoció con un menor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular, mientras que dicho beneficio no fue evidente para el consumo de cerveza y licores o para los niveles de consumo de alcohol más elevados.
Patrones similares se hicieron evidentes cuando se tuvo en cuenta la ingesta de alcohol después del diagnóstico de cáncer de mama. La cantidad y el tipo de alcohol que una mujer consume después del diagnóstico no parece estar asociado con la supervivencia del cáncer de mama, pero las que tomaron alcohol con moderación experimentaron entre un 39 y un 50 por ciento menos en la tasa de mortalidad por enfermedad cardiovascular.
"Podría ser que el tipo de cáncer de mama que tiene más probabilidades de ser diagnosticado entre las mujeres que beben pueden ser más sensible a las terapias de reducción de las hormonas", hipotetizó Newcomb. La ingesta de alcohol se cree que influye en el riesgo de cáncer de mama a través de aumentos en la producción de estrógenos en mujeres pre y posmenopáusicas.