MADRID 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Organización Europea de Consumidores (BEUC, en sus siglas en inglés) ha lanzado una campaña para detener y retirar la publicidad dirigida a menores de edad que promuevan hábitos alimentarios o alimentos no saludables, y denuncian que es una práctica común de la industria "desde hace años".
La entidad europea ha puesto ejemplos concretos de anuncios en diferentes países europeos donde se promueven productos ricos en grasas y azucares, y piden a las compañías que pongan fin a este tipo de comunicaciones en cualquier tipo de medio.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que es miembro de BEUC, recuerda que actualmente uno de cada tres niños en Europa es obeso o tiene sobrepeso y advierte de que este tipo de promociones "plantan la semilla de la obesidad desde edades muy tempranas".
"No se debe considerar a los niños como a un consumidor más, ya que son más vulnerables a la publicidad. Además actualmente los más jóvenes tienen acceso a este tipo de anuncios a través de televisión e Internet y se ven expuestos a ejemplos poco saludables que incentivan el consumo de alimentos con altos contenidos calóricos", según denuncian.
La OCU considera que es fundamental que se controlen los contenidos de los anuncios para inculcarles un modo de vida saludable y que las compañías y gobiernos actúen de forma responsable para poner freno a la crisis de obesidad que crece en nuestras sociedades.
Para ello, reclama el apoyo de los consumidores para exigir alimentos más sanos que reduzcan su contenido en azúcar, y pide una reducción del 10 por ciento que no quede supeditada a la voluntad del fabricante, que esa reducción no se traduzca en la sustitución del azúcar por edulcorantes y que sea obligatorio indicar en el etiquetado la cantidad de azúcares añadidos.
"Un refresco, el yogur, ese bombón, el bollo de la merienda, un poco de ketchup... y claro, los terrones que echas en el café. Ve sumando: al cabo del día consumimos nada menos que 94 gramos de azúcar, casi el doble de lo que la Organización Mundial de la Salud considera recomendable para un adulto, y cuatro veces más que más de la cantidad que la misma OMS considera ideal", ha denunciado la OCU.