VALLADOLID, 31 May. (EUROPA PRESS) -
El conseller de Salud de la Generalitat de Cataluña, Boi Ruiz i García, ha reivindicado hablar más de políticas sanitarias y de qué sanidad se quiere en el marco del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) y menos de términos económicos.
Ruiz y García se ha expresado así en el marco de las XI Jornadas de Gestión y Evaluación de Costes Sanitarios que organiza la Fundación Signo bajo el lema 'Reorganizando el sistema', en el que ha participado en la mesa 'Un gobierno eficiente para el SNS coherente con el Estado de las Autonomías'.
El conseller catalán cree que hay que ponerse de acuerdo a la hora de discutir sobre políticas sanitarias, cuáles son las necesidades del sistema en el siglo XXI para atender a los ciudadanos, normas, reglamentos, copagos, etcétera, y que el órgano de Gobierno del Sistema sea el que aborde las políticas.
En este sentido, ha señalado la necesidad de plantearse si hay que seguir con esta sanidad, que considera extraordinaria en atención pero no tanto cuando hay que evitar que la gente esté enferma, por ejemplo, o responderse a preguntas como si el éxito futuro es transplantar más riñones o tener menos insuficiencia renal, ya que hasta ahora se han encaminado los esfuerzos a la excelencia en el transplante pero menos hacia una sanidad preventiva.
Ruiz y García cree que las políticas del siglo XX han ido más encaminadas a la excelencia, algo que hay que mantener, pero considera que ahora hay que ir en la dirección de vivir más y más saludables. "Por eso hay que repensar el modelo y la política sanitaria en el país, un debate a mantener haya una coyuntura económica u otra", ha señalado.
Asimismo, ha puesto de manifiesto que ahora se evidencia un elemento "poco discutible" a su juicio, que es el hecho de que los médicas curan "menos cosas que vidas salvan", por lo que muchas personas que antes morían con una enfermedad sobreviven y pasan a ser pacientes crónicos y se trata de que sus patologías no se agudicen para tener que atenderlas.
Por ello, ha incidido en que el debate para el siglo XXI o al menos lo que queda de década debe centrarse en si el sistema si está orientado a lo que quieren los ciudadanos, que son más años de vida y más saludables.
De esta forma, ha insistido en hablar más de políticas de salud que de financiación, que es "importantísima" pero que es "más de gobierno", que es el que debe ver cómo se financian las políticas sociales y otra cosa es qué se hace, un debate "serio" que echa en falta.
POLÉMICA POR SER LOS PRIMEROS
En cuanto a las medidas adoptadas en Cataluña, considera que han sido polémicas porque han sido los primeros en ponerlas en marcha, pero ha aclarado que "son de libro" y no queda más remedio que poner gasto, al tiempo que ha advertido de que con eso no es suficiente y de cara al futuro tendrán que empezar a reformar.
Para ello, cree que habrá que plantear cuestiones como si la equidad debe centrarse en el acceso a un centro próximo o a la igualdad de calidad y trato, si hay que abogar por duplicidades o por mejorar las cosas, en definitiva un debate sobre la toma de decisiones, además de las económicas.
El conseller ha recordado que las políticas sociales dependen del país, que recauda menos y tiene una deuda, pero el problema en sanidad y el conjunto del Estado "no es que se tenga que gastar menos", sino que además hay que devolver dinero y no hay, y por ello el consejero de sanidad es el primero que protesta y defiende que su área sea la mejor dotada como lo es en la mayoría de comunidades, concretamente en Cataluña con un 70 por ciento del presupuesto destinado a políticas sociales y un 40 por ciento a sanidad.
Tras sanidad cree que hay que destinar fondos a enseñanza y después a atención social, que es en lo que consiste "la política presupuestaria", pero cree que además "los consejeros también tienen que hacer política de sanidad" y se ha hablado poco de ello.
En cuanto a los cierres, ha aclarado que se trata de una "reorganización" porque "hay tendencia a pensar que cerrar camas es hacerlo más pequeño" y "se han cerrado toda la vida", pero ahora se trata de optimizarlo, ajustar y hacerlo de mejor manera para que se puedan seguir prestando los servicios, por lo que no ve tan importante si hay cierres o no de camas sino si se ha tratado a los pacientes o no.
El conseller ha recordado que al principio de estas medidas dijo que tendrían un efecto triple, el primero de ellos la rebaja de salarios y condiciones laborales; el segundo un incremento de la lista de espera que no ha supuesto un aumento de la cirugía en urgencias, por lo que cree que ha sido bien gestionada a pesar de aumentar; y, tercero, que muchos ciudadanos tendrían que desplazarse un poco más para recibir el servicio que recibían más cerca de su casa.
Aunque son consecuencias negativas también diferencia entre unas y otras y cree que la peor la de hacer esperar más a la gente y tener que ajustar los salarios a los profesionales sanitarios.