SANTIAGO DE COMPOSTELA, 17 May. (EUROPA PRESS) -
Una sentencia del Juzgado de lo Penal Numero nº5 de A Coruña ha condenado al ginecólogo coruñés J.A.B. a una pena de un año de prisión y tres de inhabilitación por homicidio imprudente, además de a una indemnización de 220.000 euros a los padres y hermanos de un neonato fallecido.
Según informa la asociación El Defensor del Paciente, los hechos se remontan al 1 de julio de 2008 cuando una mujer embarazada, Y.R.Y, de 42 años, ingresa en la maternidad Nuestra Señora de Belén de A Coruña, por presentar amniorrexis (rotura de membranas) con aguas claras, de forma espontánea, tras una gestación de 36 semanas.
Al presentar el feto "un cuadro de deceleraciones severas tipo II que evidenciaban una pérdida de bienestar fetal, sufrimiento fetal agudo por falta de oxígeno", y pese a que existía una "indicación absoluta de práctica de cesárea", el acusado optó por la extracción del feto mediante fórceps, provocando al neonato un traumatismo obstetricia severo, con fractura craneal y afectación del cerebro. Esto "agravó de forma evidente la previa situación de anoxia del feto, al haberse prolongado de forma indebida la extracción y haber causado la lesión cerebral".
Ante el fracaso del parto instrumental, el obstetra practicó una cesárea, naciendo el niño el día 2 de Julio a las 15.30 horas. Según añade la asociación, la sentencia señala que, a consecuencia de la actuación del acusado, el recién nacido sufrió "un traumatismo obstetricia craneal asociado a encefalopatía hipóxico-isquémica, que en unión de otros daños produjeron la muerte del recién nacido el día 4 de Julio de 2008".
"Debe considerarse que existió una mala praxis", no solo a la hora de optar por la utilización del fórceps, sino también en curso de su aplicación, valorando especialmente la juez el "detallado informe forense", y de autopsia, realizado por los profesional del Imelga de A Coruña.
"El acusado no eligió la técnica de extracción adecuada a las circunstancias del caso concreto, en el que había indicación absoluta de cesárea, -lo que recoge igualmente la pericial de la acusación particular- y que en vez de optar por la cesárea una vez que existía constancia de la anoxia y del sufrimiento fetal agudo, prolongó la situación de anoxia intentando hasta en cuatro ocasiones la extracción con fórceps, a pesar de que dada la situación del feto, esta técnica se demostraba inidónea", asegura.