Se trata de una revisión científica que analiza el consumo de azúcar en Australia, Reino Unido y Estados Unidos entre los años 1980 y 2003
MADRID, 7 Mar.
Los esfuerzos para reducir la ingesta de azúcar pueden disminuir su consumo, pero no necesariamente la prevalencia de obesidad. Ésta la principal conclusión que se extrae de un estudio científico publicado en la revista especializada 'Nutrients', basado en el análisis comparativo de los datos del consumo de azúcar en Australia, Reino Unido y EE.UU., y las actuales tendencias de obesidad de estos países.
El estudio, llamado 'La paradoja australiana: descenso notable de la ingesta de azúcares en el mismo periodo en que aumentan el sobrepeso y la obesidad', analiza las tendencias de la obesidad y su relación con el consumo de azúcar en Australia entre 1988 y 2003, y su comparación con datos similares de Reino Unido y Estados Unidos. Según datos facilitados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, el consumo per cápita de sacarosa refinada se ha reducido un 23% en el caso de Australia, un 10% en Reino Unido y un 20% en EE.UU., y si se tienen en cuenta todas las fuentes de edulcorantes calóricos, este descenso fue de un 16% en Australia y un 5% en Reino Unido, mientras que en EE.UU aumentó un 23%.
Asimismo, se constató también un descenso en la venta de bebidas con edulcorantes calóricos de 64 millones de litros entre los años 2002 y 2006, además de una reducción del porcentaje de niños consumidores de bebidas azucaradas entre 1995 y 2007. A pesar de estos datos, los autores destacaron que la prevalencia de la obesidad se ha triplicado entre los australianos desde 1980.
Con estos resultados, los autores del estudio científico concluyen que la causa de la actual epidemia de obesidad es compleja, multifactorial y susceptible de variación entre países, por lo que es necesario continuar investigando otros factores que puedan explicar el fenómeno, ya que mientras el consumo de azúcares se ha identificado como un factor etiológico plausible en Estados Unidos, poco se conoce de su relación en otros países. Además, los autores cuestionan que los impuestos y otras medidas para disminuir la ingesta de refrescos sean eficaces para reducir la obesidad.
La disminución del consumo de bebidas con edulcorantes calóricos no reduce el IMC
Junto a ello, y pese a que varios estudios han sugerido que un mayor consumo de bebidas azucaradas se asocia a un incremento del peso corporal en los adultos, la revisión científica 'El consumo de bebidas con edulcorantes calóricos y el peso corporal: análisis sistemático y metanálisis de experimentos aleatorizados', publicada recientemente en 'Obesity Reviews', establece que los datos disponibles en la actualidad no son concluyentes, que el consumo de bebidas con edulcorantes calóricos no ha contribuido únicamente a la obesidad y que la disminución del consumo de este tipo de bebidas no implica la reducción de los niveles del Índice de Masa Corporal (IMC).
Referencias Bibliográficas:
1. Barclay W.A, Brand-Miller, J. The Australian Paradox: A Substantial Decline in Sugars Intake over the Same Timeframe that Overweight and Obesity have Increased. Nutrients, 2011;3,491-504;doi:10.3390/nu3040491.
2. Mattes RD, Shikany JM, Kaiser KA, Allison DB. Nutritively Sweetened Beverage Consumption and Body Weight: A Systematic Review and Meta-analysis of Randomised Experiments. Obesity Reviews, 2010;12:346-365.
Emisor: Coca-Cola
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