LONDRES 16 Nov. (Reuters/EP) -
Científicos del Instituto de Neurociencia y Psicología de la Universidad de Glasgow (Reino Unido), en colaboración con la compañía biotecnológica ReNeuron, han puesto en marcha un estudio que utilizará, por primera vez en el mundo, células madre neuronales procedentes de fetos para intentar reparar las partes dañadas tras un infarto cerebral en humanos.
La investigación, en fase I, contará con la participación de 12 pacientes escoceses y tendrá como objetivo comprobar la seguridad de esta terapia, basada en la inyección de células madre en el cerebro, y comprobar si es capaz de regenerar las funciones físicas y psíquicas de las áreas dañadas en los pacientes afectados por un infarto cerebral isquémico.
Keith Mur, investigador principal del ensayo, ha explicado este martes que la intervención en el primer paciente, un hombre de 60 años, ha ido bien y ya ha sido dado de alta del hospital. "Ahora será monitorizado exhaustivamente durante dos años, al igual que los otros participantes en el estudio" que han sufrido un infarto de este tipo entre 6 y 24 meses antes de recibir la terapia, ha señalado Mur.
La naturaleza del procedimiento y las características de las células manejadas en ReNeuron hacen que los pacientes del estudio no necesiten tomar fármacos inmunosupresores después de recibir el tratamiento. En concreto, se han utilizado células madre derivadas de fetos humanos, en lugar de embrionarias, que ya se están probando en otras patologías de difícil tratamiento como las lesiones medulares.
"Esperamos que en un futuro próximo podamos comenzar estudios más grandes en los que se determinen los efectos de las células madre en los daños generados por los infartos cerebrales", ha añadido el investigador principal del estudio. En un principio, las células madre fetales no tienen la misma flexibilidad para transformarse en diferentes tipos de tejidos que las embrionarias.
OPTIMISMO CON CAUTELA
Por este motivo, los científicos subrayan que es importante ser "cautos" ante las expectativas de una cura "milagrosa" y en poco tiempo de miles de pacientes afectados por este tipo de infarto, provocado por el bloqueo del riego sanguíneo en el cerebro. "Este ensayo requerirá de extensa pruebas de eficacia y seguridad, aunque no significa que se pueda albergar cierto optimismo cautelar", indica el profesor de Genética de la Universidad de Kent (Reino Unido) Darren Griffin.
Si el primer estudio tiene éxito, los investigadores escoceses tienen previsto acelerar el desarrollo clínico de la terapia con ensayos a largo plazo, enfocados inicialmente a pacientes afectados por infartos más severos. Los accidentes cerebrales son la tercera causa de muerte y la primera de discapacidad en los países desarrollados.