MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -
Una dieta variada y adaptada al verano es la aconsejable para ayudar al organismo a mantener una correcta hidratación ante las altas temperaturas, así como mantener un reparto de alimentos en cuatro o cinco comidas diarias, según ha señalado la profesora de Nutrición de la Universidad CEU San Pablo María Anchón.
La profesora ha recomendado que la mayor cantidad de aporte energético se encuentre en la primera mitad del día, repartido entre el desayuno y la comida. Mientras en la merienda y la cena ha aconsejado que lo mejor es ingerir frutas, ya que contienen entre un 80 y un 90 por ciento de agua; y verduras, alimentos con mucho líquido y muy pocas calorías.
Además recuerda que la dieta debe ser suficiente en cuanto el aporte de energía, vitaminas y minerales; moderada en cuanto a excesos de energía, grasas, proteínas, azúcares y sal; pero también apetecible y que permita compatibilizar las salidas con gastronomía y costumbres veraniegas como ir a tomar el aperitivo o eventos sociales.
La doctora ha comentado la importancia de consumir cinco raciones de verduras, frutas y hortalizas al día y recomienda las setas, los espárragos, los tomates, los pepinos, las endibias, la escarola o la lechuga. Los zumos, las macedonias, las brochetas o los batidos son una buena opción para refrescarse y para los niños a los que les cueste más comer fruta, los polos de zumos de frutas naturales.
LEGUMBRES EN ENSALADA, TAMBIÉN INDISPENSABLES
Las legumbres deben estar de forma habitual en la dieta, ha comentado la profesora. Ensaladas de lentejas o con garbanzos pueden ser platos ligeros y refrescantes de rápida preparación que aportan todos los nutrientes que necesita el cuerpo.
Por otra parte, no hay que olvidar la importancia del agua. "Es importante ingerir unos ocho vasos diarios de agua y, en personas sanas, en cualquier caso, siempre que se tenga sed", ha señalado la especialista. Dadas las altas temperaturas del verano se suele producir una mayor eliminación de líquidos, por ello los bebés y las personas en edad avanzada deben recibir líquido cada dos o tres horas aunque no lo pidan.
Una recomendación de la profesora a la hora de salir a realizar actividades de ocio para no deshidratarse es pedir una botella de agua antes que una cerveza, para reducir la sensación de sed. Después se puede tomar una cerveza, pero ha recalcado que tan solo una porque el alcohol en exceso produce deshidratación. Además Anchón ha señalado que es mejor que no se consuman bebidas azucaradas como gaseosas, energéticas o tés helados.
Por último, la especialista ha recomendado extremar las precauciones relativas al almacenamiento, la preparación y la conservación de todos los alimentos en verano ya que por las altas temperaturas pueden estropearse. Asimismo es importante evitar contaminaciones cruzadas al manipular alimentos crudos con otros cocinados.