MADRID 25 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) afirma la sentencia hecha pública hace sólo unos días por el Tribunal Supremo que desestima la petición de responsabilidades a la industria tabaquera, por parte de la familia de un fallecido por cáncer de pulmón, es suficiente "botón de muestra" para desconfiar de que la vía judicial sea la más idónea para encauzar tales demandas.
Para la CNPT la vía judicial por los daños del tabaco es "perder el tiempo", ya que "la industria tabacalera española da la impresión de ser el único sector industrial en el mundo que no responde legalmente por los daños que causa, a pesar de que su producto acaba prematuramente con la vida de uno de cada dos de sus clientes".
Además, califica la sentencia de "antología del disparate" porque "niega evidencias científicas sólidas e indiscutibles". Al tiempo que "ignoran los jueces que jamás se ha reconocido por parte de las tabacaleras que su producto induce adicción en la totalidad de sus consumidores" y, según señala, "desconocen también que no hay nada más contrario al libre albedrío que la adicción a una droga que tiene tanta capacidad de enganche, si no más, que la heroína".
Por otra parte, afirma que la sentencia insulta a la familia de la víctima ya que "viene a decir que "no sabía fumar", cuando para la CNPT lo que ocurrió es que "no pudo deshacerse de la dependencia de la nicotina, que empuja a consumir cada vez más tabaco".
Asimismo, señala que "con la legislación española su familia hubiese tenido que aportar los tiques de compra de todas y cada una de las cajetillas consumidas por el fallecido en su vida, y demostrar, de paso, que no existía una causa alternativa a su cáncer de pulmón".
Sin embargo, recuerda que las leyes en otros países prevén que basta con demostrar una relación estadísticamente significativa entre el humo de tabaco y el tumor para condenar al fabricante.
Finalmente, la CNPT afirma que el control del tabaco no se resolverá en los juzgados sino mediante la "aplicación rigurosa" del Convenio Marco para el Control del tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que supone incrementar los impuestos, promover espacios públicos y lugares de trabajo completamente sin humo y educar a la sociedad sobre los efectos del consumo de tabaco y de la exposición a sus vapores tóxicos y cancerígenos.