El clima local altera la eficacia de los insecticidas contra la malaria

Actualizado: viernes, 4 octubre 2013 8:58

MADRID, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -

El clima local altera la eficacia de los insecticidas contra el mosquito que transmite la malaria, según un estudio publicado en 'Plos Pathogens', dirigido por Krijn Paaijmans, investigador del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB), del centro de investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

El control actual de los vectores de la malaria se basa casi exclusivamente en eliminar los mosquitos adultos con insecticidas químicos. Aunque las mosquiteras tratadas con insecticidas (MTI), con insecticidas de larga duración (MILD) y los aerosoles residuales interiores (IRS) tienen mucho éxito en la reducción de la incidencia y la mortalidad, se teme un incremento de la resistencia de los mosquitos a los insecticidas y un resurgimiento de la malaria.

Por ello, mitigar los efectos de la resistencia sigue siendo una prioridad en la investigación para crear nuevos insecticidas y formulaciones para mosquiteras y aerosoles. En este estudio, los investigadores sostienen que, para aumentar la eficacia de los productos químicos disponibles, es necesario tener en cuenta las condiciones microclimáticas en las que se implementan estas herramientas.

"La idea subyacente es simple: los insecticidas utilizados matan a los mosquitos, que son el vector de transmisión de la malaria, al interferir con su sistema nervioso. No obstante, la actividad metabólica del mosquito, implicada en la degradación de los insecticidas, y la sensibilidad del sistema nervioso en sí son altamente dependientes de la temperatura. Por lo tanto, la temperatura del ambiente tiene el potencial de afectar a la toxicidad de una sustancia química", explica Paaijmans.

Aunque reconoce la temperatura como un factor importante en el control de plagas a través de insecticidas en los sistemas de cultivo, el Plan de la Organización Mundial de la Salud de Evaluación de Plaguicidas (WHOPES, en sus siglas en inglés) recomienda que los compuestos y productos para mosquitos en ensayos en fase I se prueben a temperaturas de entre 25 y 27°C.

"Sin embargo, las condiciones por la noche, cuando los mosquitos de la malaria son más activos, son a menudo mucho más frías", argumenta Paaijmans. "Al probar el rendimiento del insecticida bajo condiciones estándar de laboratorio, existe la posibilidad de eliminar compuestos en la fase de pruebas que pueden funcionar muy bien en condiciones de campo. Por otra lado, sin información sobre su acción a diferentes temperaturas, es posible implementar productos químicos menos eficientes en condiciones reales de campo", subraya.

Katey Glunt, del Centro de Enfermedades Infecciosas Dinámicas y el Departamento de Biología de la Universidad Estatal de Pennsylvania, añade que los productos químicos para controlar los vectores se aplican normalmente "en concentraciones destinadas a abrumar la variación en su susceptibilidad". Pero señala que la evidencia del campo muestra que la capacidad de las mosquiteras o IRS para eliminar los mosquitos puede disminuir rápidamente tras su despliegue.

A su juicio, para mantener un control efectivo durante el mayor tiempo posible entre aplicaciones, es importante tener en cuenta la efectividad de los insecticidas en un entorno local determinado. "La temperatura, por ejemplo, influye en la toxicidad de algunos insecticidas, pero es menos importante para otros. Es necesario realizar más pruebas con el fin de entender cómo las herramientas actuales se ven afectadas por las condiciones locales", afirma.